Es una traición a la confianza y a la fidelidad. Sus consecuencias son devastadoras para cualquier matrimonio que lo experimente, incluyendo a los hijos que hayan procreado, esto porque experimentan una situación similar a la de un fallecimiento.
Cuando la persona se casa o inicia una relación amorosa espera de su pareja respeto, comunicación, amor, fidelidad, entre otras muestras de cariño que potencian el vínculo a través de los años. Sin embargo, a veces las crisis que se viven durante el matrimonio pueden desencadenar en infidelidad, pero eso no significa que usted como afectado deba tolerar esta situación, sobre todo si su autoestima y bienestar se están deteriorando por esta causa.
La psicóloga Onelia Alegría afirma que la infidelidad es una fase en la vida de muchas parejas en crisis y es más común de lo que se supone.
La mayoría de las relaciones experimentan dificultades en algún momento y ocasionalmente en etapas tormentosas; alguna de las partes puede caer en una infidelidad, lo cual podría representar un gran reto para la pareja, amplía la psicóloga.
PIENSE Y REFLEXIONE
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Cuando hay una infidelidad la persona engañada experimenta sentimientos de culpabilidad, decepción, tristeza, rabia, ira, dolor, inseguridad, miedo, sentimiento de venganza, desolación, desánimo y hasta se siente estafado. En el caso de los infieles, estos se sienten culpables, despreciables, avergonzados, arrepentidos y en otros casos hasta aliviados de que su amorío haya sido descubierto.
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Cada quien conoce su situación. Perdonar o no a la persona infiel es una decisión personal. Dice el dicho que quien lo hace una vez lo hace dos veces. No obstante, todas las personas merecen una segunda oportunidad, pero como expresa Alegría es necesario que cuando tome una decisión lo haga pensando en usted, en cómo se siente, si estará bien, si podrá seguir una relación normal sin temor a otra infidelidad, si sus hijos podrán sobrellevar la situación y si recuperará la confianza en su pareja. Todas estas interrogantes debe hacérselas.
Eso sí, recuerde dejar a un lado el dolor, la amargura, los deseos de venganza y piense con tranquilidad lo que realmente desea y cuestiónese si vale la pena que su relación amorosa continúe. En este caso es importante contar con el apoyo de su familia, amigos y si fuese necesario también con un consejero matrimonial, explica el psicólogo y terapeuta de pareja Lundendorf S. Montiel.
HORA DE SANAR LAS HERIDAS
Hablar con su pareja es importante. Ambos pregúntense qué creen que haya provocado la infidelidad y analicen si ese motivo podría afectarlos en un futuro. A eso agréguele lo que siente, pero hágalo de una manera tranquila porque el infiel debe conocer cómo se siente y respetar su proceso.
Considere la ayuda de un profesional, en el caso que crea que su relación valga la pena. No sea aprehensivo y contemple la visita donde un terapeuta de pareja para que los acompañe en el proceso. Esto ayudará a que ambos trabajen sus emociones y preocupaciones, manifiesta Alegría.
Es necesario que no se estrese porque tanto el dolor como la comunicación y confianza no prosperan de un día para el otro. Debe tener paciencia porque todo toma su tiempo, pero es posible lograrlo. Recuerde que el perdón sana las heridas y demuestra cuánto ama a la persona. De paso busque nuevas actividades que puedan ayudarle en este proceso de sanación.
En caso de que la relación no funcione, viva el duelo pero tenga presente que de amor nadie se muere, y que los retos que se proponga mejorarán su autoestima y convivencia con los demás, enfatiza Montiel.
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