Esta semana, tres películas compiten por su atención en la taquilla. Y de remate, tenemos un clásico moderno que demanda ser revisitado: Pulp Fiction , en Cinemark. Los estrenos comparten una característica peculiar: desafían las expectativas derivadas de los filmes anteriores de sus creadores.
Interestelar , dirigida por Christopher Nolan, demanda ser vista en la pantalla grande. El director de la popular trilogía de Batman crea una nueva odisea del espacio con sello apocalíptico. En un futuro cercano, el desastre ecológico de la Tierra empuja a la humanidad al borde de la extinción. Buena parte de la población debe dedicarse a cultivar la tierra cada vez más estéril. Este es el caso de Cooper (Matthew McConaughey), un piloto encargado de sembrar maíz —el único cultivo que queda—. Al menos, hasta que un programa secreto de la NASA lo recluta para una misión secreta: viajar a otra galaxia, en busca de un planeta que los humanos puedan colonizar. Eso implica dejar atrás a sus hijos, la pequeña Murphy (McKenzie Foy) y el adolescente Tom (Thimotée Chalament).
El viaje desafía el tiempo y el espacio. El guión nos dispara mucha ciencia a quemarropa, pero es más sencillo de lo que parece. Hay dos planos narrativos paralelos. En uno, Cooper y sus compañeros (incluyendo a Anne Hathaway) luchan por cumplir su misión. En el otro, en la tierra, Murph, ya adulta y convertida en científica (interpretada por Jessica Chastain), libra una batalla emocional con la decisión de su padre, al tiempo que trata de contribuir a nuestra salvación. O algo así. La película lucha por balancear razón y emoción, y se descarrila en su acto final. Los que vengan buscando la acción de la trilogía de Batman o Memento , se darán de bruces con un espectáculo ceremonioso. Interestelar no es completamente exitosa, pero merece ser vista.
Gracias al inesperado éxito de la franquicia Taken , Liam Neeson se convirtió en el Vengador Anónimo del siglo XXI. Su nueva película, Un paseo entre tumbas , está basada en una novela policíaca de Lawrence Block, y parece un producto de otra época. Salvando algunas concesiones a la modernidad, es puro film noir . El investigador privado Matt Scudder es falible y vulnerable: un expolicía caído en desgracia y alcohólico en recuperación. Casi contra su voluntad, toma el caso del violento secuestro de la esposa de un narcotraficante. La actualidad se delata por la grotesca naturaleza de los criminales, y el hecho de que su compañero de aventura sea un adolescente negro. El misterio se desenvuelve lentamente, y Scudder está lejos de ser un supersoldado. Esto no es necesariamente malo.
Si de votar en la taquilla se trata, apelo a que vea La pantalla desnuda , la nueva película de los realizadores de La Yuma . Un triángulo amoroso entre tres estudiantes universitarios (Óscar Sinela, Paola Baldizón y Roberto Guillén) se destroza por la circulación de un vídeo íntimo a través de internet. No verá ningún personaje simpaticón, con líneas citables, porque la película tiene otras ambiciones. Va más allá de la reafirmación del carácter nacional, y explora con genuina curiosidad la fricción entre géneros y clases. Es cine nica, pero la trama podría dramatizarse en cualquier parte del mundo. Es más difícil despojarse de otras características del cine emergente. Las actuaciones son desiguales, los diálogos demasiado expositivos. La resolución oscurece las motivaciones de los personajes. Sin embargo, merece ser vista y aplaudida. Producir cine en Nicaragua es una tarea titánica, y cada película que se hace es un aprendizaje valioso. No se vale piratearla. Pague por verla. Es la única manera de promover el cine nacional.
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