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El Barcelona deja muchas dudas de cara al 2015, después de un difícil 2014 en el que se desmoronó. LA PRENSA/ EFE/ Alejandro García

El Barcelona viene de su peor año

La dimisión de Sandro Rosell, la investigación de la Audiencia Nacional por el caso Neymar, la sanción de la FIFA y el fallecimiento de Tito Vilanova han marcado un difícil 2014 para el Barsa, que ha estrenado proyecto con un nuevo técnico y un nuevo presidente.

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El nuevo Barsa se cimenta en una buena defensa —ha encajado solo siete goles en todo el campeonato—, pero ofrece muchas dudas. No es ya un equipo de centrocampistas, como en su etapa dorada, sino de delanteros, con todo lo que supone.

Este Barsa recuerda más al equipo de Bobby Robson, dependiente de sus estrellas, que al Barsa de la excelencia; y la estabilidad de la entidad se tiene que edificar desde el equipo.

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La dimisión de Sandro Rosell, la investigación de la Audiencia Nacional por el caso Neymar, la sanción de la FIFA y el fallecimiento de Tito Vilanova han marcado un difícil 2014 para el Barsa, que ha estrenado proyecto con un nuevo técnico y un nuevo presidente.

Después del espejismo que supuso la etapa de Josep Guardiola al frente del equipo, aquellos maravillosos años en los que el Barsa fue campeón de todo y referente del futbol mundial, ahora los azulgrana han vuelto a la incómoda realidad.

El último título del Barsa fue la Supercopa de España, conseguida en el verano de 2013. Desde entonces, los azulgrana no han podido levantar ni una Copa.

En 2014 falló en su intento de conquistar la Liga, que perdió en casa cuando dependía de sí mismo. Cayó en la final de la Copa del Rey y en los cuartos de final de la Liga de Campeones frente al Atlético de Madrid.

En el primer mes del año, Sandro Rosell dimitió de su cargo como consecuencia del caso Neymar, que aún no ha sido resuelto desde la Audiencia Nacional y fue sustituido por Josep Maria Bartomeu, hasta entonces vicepresidente primero de la entidad.

El fallecimiento de Tito Vilanova fue el gran mazazo anímico para el barcelonismo. Vilanova tuvo que ser sustituido en el verano de 2013 por el Tata Martino debido a sus problemas de salud y la peor de las noticias llegó en abril de 2014.

Para el Barsa ha sido un ejercicio complicado. Martino, técnico azulgrana desde el verano de 2013 a la primavera de 2014, no fue capaz de devolver a los azulgrana a los éxitos. Estuvo a punto en la Liga y en la Copa, pero no en la Champions.

Su frustración fue tal que poco después de perder la Liga en casa —el Barsa necesitaba ganar y empató ante el Atlético de Madrid en el último partido— tiró la toalla. A partir de entonces, empezó una nueva etapa.

Al frente del nuevo Barsa de Bartomeu se situó Luis Enrique Martínez y se dispuso de una inversión cercana a los 170 millones de euros, la más alta de su historia, para reflotar el equipo y todo ello con la sombra de la amenaza de la sanción de la FIFA, a raíz del caso La Masía.

Deportes Barcelona Sandro Rosell archivo

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