La comunidad judía de Francia, golpeada ayer por una toma de rehenes en una tienda kósher en París que se saldó con la muerte de cuatro personas, ha sufrido numerosos ataques y agresiones en los últimos cuarenta años.
El último episodio de gravedad se produjo el 19 de marzo de 2012, cuando tres niños y un profesor fueron asesinados en una escuela judía de Toulouse por el islamista radical Mohamed Merah, abatido tres días después por la Policía.
En 2006, un joven judío de 23 años, Ilan Halimi, fue secuestrado por una banda organizada y torturado durante tres semanas en un suburbio al sur de París. Encontrado agonizante, murió de camino al hospital. El jefe de la banda, Youssouf Fofana, fue condenado a cadena perpetua en 2009.
El 3 de octubre de 1980 una bomba disimulada en una moto explotó delante de una sinagoga en París, a la hora del rezo, dejando cuatro muertos y una veintena de heridos. En 1982, un comando de cinco hombres abrió fuego en la calle Rosiers, en el barrio judío de Le Marais, en París, y lanzó granadas al interior del restaurante judío Goldenberg, provocando seis muertos y 22 heridos. Se trató del atentado antisemita más grave en Francia desde la Liberación.
En 1985, una explosión en París provocó 18 heridos en un cine durante el IV Festival Internacional de Cine Judío. En 1995, un coche bomba delante de la escuela judía de Lyon dejó 14 heridos. El ataque fue atribuido a extremistas islamistas.
En Francia hay más de quinientas sinagogas y templos, según el Consistorio Central, que elige al gran rabino de Francia y el Consejo representativo de las instituciones judías de Francia (Crif), que federa a más de sesenta asociaciones religiosas o laicas.
HABLA POR LOS JUDÍOS
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, habló ayer por teléfono con el presidente francés Francois Hollande, quien le puso al tanto de la dramática toma de rehenes en la tienda judía. El Canal 10 de la televisión israelí reveló que entre los retenidos había varias personas que lograron esconderse en un refrigerador.
Jaim Catorsa, familiar de una de ellos, dijo al canal desde Francia que un cuñado le explicó a su esposa, por mensaje de texto, que los secuestradores no sabían que (él y al menos otras dos personas) estaban dentro, y que entre los rehenes, estaban una embarazada y un bebé.
Ver en la versión impresa las páginas: 4 A