Anthony Mason, el combativo alero que fue un muro defensivo con los Knicks de Nueva York en la década de los 90, falleció, informó el equipo ayer. Tenía 48 años.
El portavoz de los Knicks, Jonathan Supranowitz, confirmó el deceso de Mason. No se informó de inmediato la causa del fallecimiento, pero Mason había recibido tratamiento recientemente por un problema cardiaco.
Mason fue galardonado con el premio al mejor suplente de la NBA en 1995 con un equipo de los Knicks que fue eliminado en la segunda de los playoffs en uno de sus clásicas series de postemporada contra los Pacers de Indiana.
Sus promedios —10.9 puntos y 8.3 rebotes— no reflejan la verdadera dimensión de su juego. Un tanque bajo los tableros, Mason tenía como tarea primordial defender, y en los equipos del entrenador Pat Riley —que se caracterizaban por ser recios— siempre se destacó.
Mason jugó con Nueva York entre 1991-1996. También quedó en el mejor equipo defensivo de la liga en 1997 con los Hornets de Charlotte, su equipo hasta 2000. Fue seleccionado a su primer Juego de Estrellas en 2001 como integrante del Heat de Miami.
Pero Mason no fue simplemente un jugador de puro coraje. Pese a su físico imponente, Mason era un atleta habilidoso que sabía repartir el balón.
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