Como si se tratase de una lucha, la mañana de ayer hubo dos bandos sobre la Avenida Bolívar. Uno, el de los movimientos de mujeres que año con año realizan la marcha en conmemoración al Día Internacional de la Mujer y el otro personificado en la Policía Nacional y los simpatizantes de gobierno que se tomaron la rotonda Hugo Chávez.
Desde antes de las 8:00 a.m., un nutrido grupo de mujeres antimotines se apostaba en los andenes y el bulevar que va hacia la Avenida Bolívar, lugar señalado por las mujeres para realizar su marcha.
Conforme fue pasando el tiempo la cantidad de mujeres antimotines fue aumentando y avanzando hacia el sur, donde estaban las mujeres reunidas. Pasadas las 9:00 a.m. una comisionada mayor con chip 2603 se acercó hasta donde estaban las organizadoras de la marcha, entre ellas Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) y entre ambas se produjo un intercambio de palabras.
La comisionada justificó el actuar de la Policía y dijo que su presencia era para acompañarlas y para ver hacia dónde ustedes deciden.
Nos tienen miedo porque no tenemos miedo, coreaban las mujeres mientras personas como Núñez se acercaban a las antimotines para exhortarlas a reflexionar sobre la situación.
En total, había tres cordones policiales, dos de antimotines mujeres y uno entre ambos, de policías. En ese se encontraba el comisionado general Ramón Avellán, subdirector general de la institución, quien desde temprano llegó al lugar.
Para la presidenta del Cenidh, la presencia de Avellán refleja que están subiendo la parada, solo falta que venga la Aminta, pero es muy cobarde ¿por qué no viene aquí? Solo se va a rezar a las iglesias, a persignarse. Ella se ha convertido en una vocera de mentiras de la Policía. Este es un acto represivo de alto nivel y ella debería de dar la cara y explicar por qué tiene a la Policía aquí. ¿Por qué está usando a las mujeres policías para reprimir una marcha conmemorativa por el Día Internacional de la Mujer?
Finalmente, casi dos horas después, las mujeres empezaron a caminar hacia el sur de la Bolívar, mientras las que venían de fuera de Managua se integraban a la marcha.
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