El Gobierno determinó que la industria del maní tiene responsabilidad en las tolvaneras que afectan a occidente desde hace varios días, ya que son provocadas entre otras situaciones por la degradación causada por el mal manejo de los suelos, y anunció que con el apoyo del sector, alcaldías y pobladores establecerán unos cuatrocientos kilómetros de cortinas arbóreas para contrarrestar el fenómeno, ya que la mayoría de las existentes están deterioradas.
Nos vamos a reunir con los productores el viernes en León y con los empresarios llegamos al acuerdo de que ellos van apoyar el establecimiento de las cortinas rompe vientos, declaró Roberto Araquistain, viceministro del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena), al término de un encuentro con los empresarios al que LA PRENSA no fue invitada, el martes.
La meta es que este año se planten unos 350,000 árboles, que equivaldrían a unos cuatrocientos kilómetros de cortinas rompe vientos y el funcionario advirtió que aunque se siembren árboles de rápido crecimiento habrá que esperar dos o tres años para que funcionen, por lo que una solución inmediata es la rotación del cultivo.
Sin embargo, los productores de maní atribuyen la responsabilidad a las condiciones climáticas y a los pobladores que han arrasado con las cortinas rompe vientos para usar esos árboles como leña. Que no le vayan a echar la culpa al maní, porque lamentablemente este es un país agrícola y con estos vientos que no son normales surge esta situación, afirma Mauricio Zacarías, directivo de la asociación de productores de maní.
Y añadió: Hay que ver al maní desde el punto de vista de lo que genera en ingresos por exportación y en empleo. Este es un problema de la naturaleza y de la gente que no tiene conciencia de la importancia de las cortinas y las han cortado. Solo queda pedirle a Dios que llueva para que se acabe el polvo y que disminuya el viento, sostuvo Zacarías.
Por su parte, Carlos Zelaya, investigador del Centro de Investigación de Agricultura Tropical (CIAT), asegura que los suelos de occidente son heroicos porque aguantaron el algodón y ahora el maní y ya es necesario que se cambie el sistema de producción mecanizado que requiere el maní por uno llamado conservacionista que consiste en sembrar el maní encima del rastrojo.
Hay una experiencia muy exitosa de este modelo en Paraguay que incluso ha proporcionado incrementos considerables en los rendimientos que le permitieron al país colocarse entre los mayores productores del mundo. Lo que ocurre es que esto afecta intereses, sostiene Zelaya.
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