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Irma Kock en la música

JOAQUÍN ABSALÓN PASTORAIrma Kock es amiga excelente de la armonía. Suma gotas generosas de filantropía. En su pecho lleva puestas las medallas y no las que llevan el macizo y el brillo del oro, sino aquellas invisibles que solo pueden notarse con los ojos del alma. Dentro de toda esa síntesis hay mucho de sustancial.

Irma Kock es amiga excelente de la armonía. Suma gotas generosas de filantropía. En su pecho lleva puestas las medallas y no las que llevan el macizo y el brillo del oro, sino aquellas invisibles que solo pueden notarse con los ojos del alma. Dentro de toda esa síntesis hay mucho de sustancial.

Su vocación de formar a las chavalas y chavalos, que gracias a su empeño se han entregado a la música auténtica, integrándolos a la Orquesta Juvenil Sinfónica y de Cámara.

En noches pasadas, en el Centro Cultural Pablo Antonio Cuadra disfrutamos la primavera óptica y acústica de un espectáculo que tuvo como definición la presencia de la niñez, de clásicos como Amadeus Mozart, cuyas melodías desde la infancia hicieron una fiesta del clave, de las travesuras geniales, de la flauta traversa.

Mozart tocado por intérpretes de su edad. Más allá del genio prodigio florecieron los saltos graciosos del “pizzicato”, los pellizcos sobre el violín en Edgard Grieg, a través de la suite Peer Gynt , cuyo protagonista es un joven campesino, evocado igualmente por la orquesta: flauta y oboe, cuerda, trompa, gorjeo de pájaros puestos en escena en la muerte de Aase y la Danza de Anitra. Comicidad en los fagotes, romántico cromatismo.

Dos piezas infantiles de Grieg por el predominio del jugueteo donairoso contrastante en el final con el apolíneo Papa Haydn para demostrar que la juventud podía introducirse a la alcoba monárquica del príncipe.

La orquesta de Irma no depende de ayuda formal. Lo único que la hace vivir es la forma de una limosna con apariencia eclesial. Cada concurrente suelta monedas voluntarias sobre el cesto.

El acto es hermoso. No deja de ser simbólico. Un corazón es el emblema del amor y ese es el que le sobra a Irma.

Cultura Irma Kock música archivo

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