Miles de nicaragüenses de todas las edades y de todas partes del país se congregaron en el Santuario Mariano de Cuapa, donde la Madre de Dios apareció un 8 de mayo de 1980 a Bernardo Martínez, a quien delegó para promover un mensaje de paz y reconciliación entre los nicaragüenses. En esa época el país vivía una guerra.
En ese sentido el obispo de Chontales, monseñor René Sándigo, reflexionó sobre la paz de la cual dijo era responsabilidad de todos promoverla y cuidarla “porque las fuerzas del mal nos quieren quitar la paz”.
“En toda sociedad cada persona y cada institución tiene la responsabilidad de cuidar y fortalecer los valores de la paz y las instituciones civiles y religiosas tienen que trabajar para cuidar la paz”. Monseñor René Sándigo, obispo de Chontales.
“El mensaje de paz de nuestra Madre debemos acogerlo. Construyamos la paz. Nosotros los nicaragüenses hemos sido tocaditos al mal de la violencia. Eso es peligroso y no podemos permitir que las fuerzas del mal nos quiten la paz. No podemos dejar que nos venza el mal. Fomentemos el mensaje de paz, de amor y de perdón que nos dejó nuestra Virgen de Cuapa”, exhortó el jerarca católico ante miles de peregrinos marianos.
El prelado aseguró que el mensaje de la Virgen de Cuapa es siempre actual, ya que en el país siempre se dan circunstancias negativas que hacen que el mensaje de paz y perdón se actualice y se practique para que haya paz y tolerancia entre los nicaragüenses.
Monseñor Sándigo dijo que los desaciertos institucionales y sociales alejan la paz, sin embargo señaló que es responsabilidad de todos buscar la paz a como nos “llamó la Virgen hace 35 años, que nos instó a construir la paz”, reflexionó el miembro de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) durante la homilía de ayer donde los peregrinos se hicieron presentes para celebrar el 35 aniversario de las apariciones marianas.
El jerarca católico destacó las raíces marianas que destacan la fe de los nicaragüenses en su relación con Dios y la Virgen María.
“No puede existir la Iglesia verdadera, un cristiano verdadero y pleno si no tiene ese tinte mariano, de tal manera, que desde un principio Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo quiso que esta Iglesia fuera una Iglesia mariana”, evangelizó el guía espiritual.
Ver en la versión impresa las páginas: 5 A