Monseñor Óscar Arnulfo Romero fue declarado beato, el nuevo santo de los salvadoreños católicos, cuando de pronto en el cielo un anillo se formó alrededor del sol brillante que alumbraba la Plaza del Divino Salvador del Mundo, en la capital salvadoreña, donde se desarrollaba la consagración.
¿Milagro? o podría ser solamente una manifestación natural, un halo de bonitos colores. Las personas han afirmado que hubo un hecho histórico, insólito, mientras se producía la beatificación de monseñor Romero.