Ronald Bolaños fue el único que se atrevió a señalar que Julio Rocha cometía anomalías en el manejo de la Federación Nicaragüense de Futbol (Fenifut). En el 2002, este exmiembro del ejecutivo de la Fenifut expuso sus dudas sobre la administración del entonces presidente, pero no tuvieron eco, ni con el mismo Joseph Blatter, presidente de la FIFA, que hoy lamenta el escándalo de corrupción que sacude a su organización.
La primera vez que Blatter visitó el país en el 2004, Bolaños le entregó un documento de unas ochenta páginas —aún conserva copia—, que prácticamente fue ignorado.
En el documento, Bolaños exponía una serie de irregularidades, entre ellas violaciones a los estatutos de la FIFA y falta de transparencia con los fondos y patrocinios recibidos de diferentes empresas. Ese mismo informe lo envió a Chuck Blazer —en ese momento secretario de Concacaf—, pero no al presidente de esa organización, Jack Warner, otro de los acusados por la justicia de Estados Unidos.
“Warner era el padrino de Rocha”, asegura Bolaños, recordando la cercanía entre ambos dirigentes. “Warner decía, vos vas a este viaje o vas a ser aquello. En una reunión de Fenifut con Warner, dijo delante de todos, ‘el futuro presidente de Uncaf se llama Julio Rocha’”, recordó el exdirigente, en alusión al período que ejerció Rocha como máxima autoridad de la Unión Centroamericana de Futbol (Uncaf), del 2003 al 2007.
Los señalamientos de Bolaños sobre Rocha fueron investigados por Rolando López —quien sucedió a Rocha en la presidencia de Fenifut— y Mauricio Caballero en 2002, a petición de Blatter, pero ninguno encontró nada irregular.
Luego de la investigación, Rocha expulsó de por vida a Bolaños de toda actividad de futbol por perjudicar su imagen y reputación, que ahora está manchada por el arresto —junto con seis funcionarios más— por sospecha de corrupción, el pasado miércoles en Zúrich, Suiza.
¿ASÍ FUE?
Según la acusación interpuesta el miércoles en la Corte de la División Criminal del Distrito Este de Nueva York, Julio Rocha habría recibido 150,000 dólares como soborno para favorecer a la empresa Traffic USA con la adquisición de los derechos comerciales exclusivos para los juegos de la Selección de Nicaragua en la eliminatoria mundialista hasta la edición de 2018.
“El 26 de mayo de 2011, bajo la dirección de un ejecutivo de Traffic, 150,000 dólares se transfirieron desde una cuenta abierta a nombre de un intermediario, del Banco Itaú en Brasil, a una cuenta a nombre de una compañía afiliada del intermediario, al Banco Itaú en Miami, Florida. Al siguiente día, los fondos se conectan desde la última cuenta para una cuenta en Bankinter en Madrid, España, a nombre de Rocha. Según Rocha, su parte del pago fue de cien mil y cincuenta mil fueron para un intermediario”, detalla la acusación en contra del nicaragüense.
¿QUERÍA MÁS?
Pero ahí no terminan las acusaciones. Ya siendo el encargado de la Oficina de Desarrollo de la FIFA en Panamá, Rocha presuntamente solicitó un soborno a Traffic a cambio de ayudar con la obtención de derechos sobre la eliminatoria para el Mundial de 2022.
“En alrededor del 25 de febrero 2014, el acusado Julio Rocha se reunió con Co-Conspirador #4 en Miami, Florida (…). Durante la reunión, Rocha preguntó a Co-Conspirador #4 si podría hablar con su sucesor en Traffic USA, sobre si Rocha podría recibir un pago en relación con la venta con antelación de los derechos de Fenifut de sus juegos eliminatorios para la Copa del Mundo de 2022”, se describe.
Rolando López, quien fue nombrado presidente de la Fenifut tras la salida de Rocha, dijo que él directamente firmó en 2013 un nuevo acuerdo con Traffic por cuatro años, por el que la Fenifut recibe 17,000 dólares mensuales por los derechos comerciales.
López explicó que Rocha no tuvo ninguna relación con la negociación o firma del nuevo contrato.
Rocha es acusado formalmente por seis delitos: conspiración y extorsión, conspiración fraudulenta, transferencia de dinero que tiene como origen el soborno, lavado de dinero y esquema de fraude en eliminatorias de la Copa Mundial.
En Argentina, Brasil y Uruguay se han abierto procesos independientes en contra de los implicados en este caso de corrupción. El único paso dado en Nicaragua es una solicitud de la Cancillería de la República a Suiza, para que esta nación informe sobre el estatus de Rocha. La Cancillería no ha dicho si ya obtuvo una respuesta.
EL PANORAMA DE ROCHA
En caso de que Julio Rocha sea enjuiciado en Suiza o en Estados Unidos por los delitos que le imputa la Fiscalía de Estados Unidos como uno de los sospechosos en el caso de corrupción de la FIFA, Nicaragua puede invocar únicamente lo que en Derecho se llama asistencia consular, establecido en la convención de Viena de 1963, sobre relaciones consulares.
“El tema de la extradición es hoy por hoy entre Estados Unidos como país requirente y Suiza como país requerido. Es más probable todavía que sea Suiza el que se considere Estado ofendido al igual que Estados Unidos (…) y puede ser que le diga a Estados Unidos ‘no te lo doy, yo lo voy a juzgar’”, refirió el especialista en Derecho Internacional, Norman Miranda.
En este caso a Nicaragua le corresponde actuar conforme al artículo 36, literal C, de la Convención de Viena, que establece: “Los funcionarios consulares tendrán derecho a visitar al nacional del Estado que envía que se halle arrestado, detenido o en prisión preventiva, a conversar con él y a organizar su defensa ante los tribunales”.
El jurista José Pallais es de la opinión de que aunque Rocha puede ser extraditado a Estados Unidos con base en tratados y convenios de cooperación existentes con Suiza, tampoco descartó la posibilidad de que Nicaragua solicite juzgarlo y pedir a Suiza que no lo envíe a Estados Unidos.
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