En el Centro de Rescate de Fauna Silvestre del Zoológico Nacional, la historia de cada animalito que va llegando es más increíble que la del anterior. Como la de un jabalí de tres meses de nacido en un vuelo comercial escondido o la de las loras que se arrancan las plumas por estrés, son parte de los relatos que cuenta el médico veterinario Eduardo Sacasa, mientras enseña las especies que están en tratamiento.
El proceso de recuperación de los animales va en dependencia del daño que tenga. Por ejemplo, la mayoría de las loras que llegan al Centro de Rescate es con las alas cortadas, entonces hay que esperar que les crezcan para que pasen a la etapa de entrenamiento de vuelo y puedan regresar a su hábitat.
Todo ese proceso puede llegar a tardar hasta dos años, una vez rehabilitados los animalitos son liberados por Fazoonic en su hábitat natural.
La subsistencia del Centro de Rescate de Fauna Silvestre depende en gran medida del trabajo de la Fundación Amigos del Zoológico Nacional (Fazoonic), ya que actualmente el Estado de Nicaragua solo destina 4.2 millones de córdobas al año al Zoológico Nacional y este requiere de al menos 12 millones de córdobas para poder subsistir.
“Para ponerle un ejemplo, la luz nos está saliendo a 65,000 córdobas mensuales. ¿Cómo hacemos? Con amistades, empresas, les pedimos ayuda. Pero ya tenemos 17 años de estar pidiendo ayudas. Yo creo que el Gobierno debería ponerse la mano en el corazón y ver que con las uñas hemos ido cambiando un poco, pero llega un momento en que decimos ‘ya no podemos más’”, detalló Sacasa.
Actualmente en el centro de rescate viven unos quinientos animales, pero cada día llegan más.
Otras iniciativas de Fazoonic
Además del Centro de Rescate de Fauna Silvestre, la Fundación Amigos del Zoológico Nacional (Fazoonic) trabaja en un proyecto de reproducción de tapires en cautiverio.
Este trabajo iniciado en la década de los noventa, representa un esfuerzo más realizado por el médico veterinario Eduardo Sacasa y la directora del Zoológico Nacional, Marina Argüello.
Según Argüello, para la reproducción de los tapires —especie en peligro de extinción— “no hay ayuda de ningún tipo”.
Asimismo, Fazoonic desarrolla un proyecto de monitoreo de tapires en la costa Caribe en el que trabajan con Christoper Jordan, de la Universidad de Michigan.
El monitoreo consiste en la colocación de un collar a tapires silvestres para registrar durante un año sus costumbres y áreas de circulación.
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