Un buen puñado de canciones pegadizas convertidas en éxitos mundiales, un líder atractivo que sabe moverse en el escenario y una enérgica banda son algunos de los ingredientes de la fórmula Maroon 5, que triunfó en la primera visita a Barcelona (noreste) de la banda californiana.
Es cierto que la constante presencia de Adam Levine en los medios de comunicación y la gigantesca campaña de promoción que le precede son elementos importantes de la receta, pero también lo es que Maroon 5 está en plena forma y sabe dar a su público lo que le pide.
Bailar, divertirse, gritar y hacerse un selfie con sus ídolos detrás es lo que buscaba el público que llenó el Palau Sant Jordi de Barcelona, y lo ha conseguido con creces.
Adam Levine se dejó la piel para satisfacer a sus espectadores durante la hora y media que ha durado el concierto, el primero en España de la gira mundial de presentación de su disco V .
Una gira agotadora a la que hay que sumar los kilómetros que recorre Levine sobre el escenario, que se le quedaría pequeño si no fuera por la larga pasarela que la banda colocó sobre la pista del Palau Sant Jordi, para deleite de sus fans.
Ver en la versión impresa las páginas: 7 B