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José A. Peraza Collado

Cátedra Alejandro Serrano Caldera

Hoy se inaugura en la Universidad Americana (UAM), la Cátedra Alejandro Serrano Caldera, como un reconocimiento a su labor filosófica. Sin duda, es la más amplia reflexión filosófica-política con que contamos. Esto es especialmente importante, en un país, en donde la actividad política demanda tantos esfuerzos con tan pobres resultados.

Para mí, las obras de Serrano Caldera adquieren vigencia y actualidad en la medida que contribuye a superar las limitaciones de hoy. No hay duda que la ilusión revolucionaria fracasó por su falta de liberad e ineficiencia y la propuesta neoliberal está cuestionada por su falta de solidaridad y modernidad.

El país ha sido sometido a múltiples experimentos sin resultados satisfactorios para las mayorías. En ese sentido, la Obra de Serrano Caldera es un esfuerzo por pensar el país desde nuestra individualidad como nicaragüenses para construir un modelo de país. Crear un modelo con el cual identificarnos sin generar más fracturas.

La obra de Serrano Caldera es amplia, sin embargo, voy a destacar solo tres aspectos, que para mí son fundamentales, que se resumen su pensamiento filosófico-político:

Primero, “el problema general de Nicaragua es político e institucional y sobre todo ético”. Político porque el poder se ha justificado por el solo hecho de existir, mutilando todos los otros aspectos. El éxito está determinado por su eficacia, por la consumación de los hechos, no por la búsqueda de comunidad que implica justicia. Las reflexiones sobre el destino del país han desaparecido. Es institucional en la medida que el Estado y sus instituciones no son los causes para la concertación, el consenso y la construcción de un nuevo contrato social que vaya más allá de la aceptación de la dictadura hasta alcanzar la ansiada modernidad. Vivimos en un universo jurídico-político que se sofistica en la norma pero inexistente en el mundo real. El problema ético del país es grave en todos los niveles, si el fin de la ética, como decía Aristóteles, es “dar a cada quién lo suyo, no hacer daño a los demás y vivir honestamente”. En Nicaragua el color de la piel, el origen familiar, geográfico, social y religioso siguen determinando nuestras expectativas de éxito y fracaso.

Segundo, posiblemente la frase más conocida: “Unidad en la diversidad”. La he escuchado muchas veces y más que respuestas me genera preguntas: ¿Cuáles son las diversidades que vamos a unir? Acaso será, la escandalosa diversidad entre los que tienen mucho y los que huyen por nuestras fronteras buscando no desperdiciar sus vivas. O será armonizar, la separación histórica, entre blancos, mestizos, indios y negros. Será unir, en igualdad de condiciones, al pacífico con el caribe y norte del país. Muy posiblemente implique reconocer los diferentes tipos de familias, las distintas orientaciones sexuales y de creencias religiosas. Para mí, unir lo diverso, significa reconocernos como una sociedad heterogénea donde todos tenemos que existir y coexistir. Superar la discontinuidad entre lo que se dice y lo que se hace.

Tercero, la frase: “Nicaragua es como una bicicleta estacionaria” donde sudamos, nos esforzamos, nos cansamos pero no avanzamos. Marx decía que los filósofos solo han interpretado el mundo, pero que lo importante era transformarlo. La labor del filósofo, en el mundo de hoy, es brindar un marco referencial para esa transformación; dar las orientaciones básicas para que otros sectores de la sociedad utilicen esas reflexiones. O sea, la ingeniería social está destinada para los empresarios, innovadores, los movimientos sociales, ingenieros, comunicadores, informáticos y para todos los científicos; en otras palabras, para los hacedores. Pero estos no tendrán éxito sin la conducción de los visionarios y soñadores.

Hace un par de semanas cuando discutía con varios amigos cual debería ser la ideología que debía tener un nuevo partido político. Uno de ellos dijo de la forma más natural: “eso no es problema, allí está la obra de Serrano Caldera, de allí vamos a tomar los fundamentos básicos”. La validez de la obra de Serrano Caldera está en haberse convertido en Vademécum de referencia, con información y reflexión, pacientemente recopilada y procesada, para orientar a la nación. Solo así podremos suscribir un contrato social más amplio que elimine la tentación de qué para avanzar como sociedad hay que excluir la reflexión, la ética, la justicia y la libertad.

Huir de la tentación de que la democracia es un estorbo para alcanzar la modernidad. Decía Huntington que la modernidad va acompañada de estabilidad. A nivel político la modernidad tienen dos características, primero implica movilidad social, cambio de actitud, de valores y expectativas de los individuos. En otras palabras, un indio Mayangna o un negro Creole o una mujer pueden aspirar a los mismos derechos y oportunidades que el sector más privilegiado. El Segundo elemento es el desarrollo económico que implica crecimiento de la actividad y producción económica.

No obstante, Huntington advierte que si bien la modernidad trae estabilidad, la búsqueda de la modernidad viene aparejada de profunda inestabilidad. No es la pobreza y el atraso lo que trae inestabilidad sino el esfuerzo desesperado de alcanzarla. “Una sociedad puramente tradicional sería ignorante, pobre y estable”. Muchos han visto en el somocismo una víctima de su esfuerzo modernizador.

Por qué esta reflexión sobre la modernidad y la obra de Serrano Caldera, porque hoy se nos dice que estamos entrando en un proceso de modernización; si esto fuera cierto, esta modernización podría traernos inestabilidad, que hoy tantos dicen querer alejar a través del crecimiento económico sin enfatizar la democracia.

La obra de Serrano Caldera es el intento más serio para dar coherencia teórica al proceso de modernización del armazón jurídico, político e institucional, pero principalmente ético del país. Los que piensan que debemos saltarnos este proceso en nombre del progreso debería analizar nuestra histórica reciente. Por tanto, damos la bienvenida a la Cátedra Serrano Caldera, que con visión de futuro, ha hecho suya la Universidad Americana. Los cinco volúmenes de Serrano Caldera podrían ser la visión del presente que nos permite transitar a la modernidad sin violencia, logrando, estar unidos pero diversos.

El autor es politólogo.

Opinión Cátedra Alejandro Serrano Caldera archivo

COMENTARIOS

  1. Jaime Pasquier Romero
    Hace 9 años

    Después de que los primeros filósofos griegos sugirieron el origen de las cosas (Tales, el agua; Anaximandro, lo amorfo; Anaxímenes, el aire) Heráclito se refirió al problema del cambio: cómo las cosas,aún tomando diferentes formas, continúan siendo lo mismo, o sea, según Heráclito, el cambio es una unidad en la diversidad (el adulto es la misma persona que el niño). Y ésto ocurrió 500 años antes de Jesucristo.

  2. Hace 9 años

    Excelente la observacion. Sin embargo retrocediendo en la maquina del tiempo, las raices de estas Tesis de Serrano Caldera se originan a partir de 1524 que es cuando se fundan las ciudades de Granada y Leon. El resto es historia bien conocida y vivida por todos nosotros.

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