Gran parte del alivio que el petróleo y sus derivados ha dejado a Nicaragua se ha quedado en el bolsillo de los importadores y distribuidores de los mismos, según revelan cifras publicadas por el Banco Central de Nicaragua (BCN) y el Instituto Nicaragüense de Energía (INE).
Las cifras oficiales desvelan que pese a que la factura por importación de productos petroleros terminados a mayo acumula una reducción del 39 por ciento respecto a igual período del año pasado, el alivio en el precio al consumidor en la gasolina súper es del 23 por ciento; 24 por ciento en la regular y 26 por ciento en el diesel.
Pero, ¿qué hay detrás de la factura petrolera y del precio que pagan los consumidores finales? En primer lugar, del comportamiento de la factura depende la cooperación venezolana y además, en las importaciones y distribución participan fuertemente Albanisa, Petronic y DNP, vinculadas todas a los intereses de la familia presidencial.
DESGLOSE DEL AHORRO… Y LAS GANANCIAS
A mayo de 2014 la súper se pagó en promedio en 1.30 dólares por litro, mientras que este año la paga media es de un dólar en similar período.
El litro de diesel, el de mayor consumo nacional, se pagó en promedio en 1.24 dólares en el período de referencia y en 2015 en 0.85 dólares.
En distintas ocasiones, gerentes de las petroleras han argumentado que el precio de los combustibles de uso automotriz no pueden bajar al mismo ritmo que el petróleo porque Nicaragua también compra producto terminado (cerca del cincuenta por ciento del total de lo que se consume a nivel nacional), los que no han tenido el mismo comportamiento que el crudo. Pero las cifras oficiales reflejan que este gasto acumula un significativo alivio a mayo.
En el caso del petróleo, el ahorro es abrumador. Solo por importación de crudo, según el BCN, entre enero y mayo la factura se redujo 53 por ciento en comparación con similar período de 2014, lo que ha implicado que la factura global caiga 44 por ciento.
Según registros de la Organización de Productores y Exportadores de Petróleo (OPEP), en los primeros cinco meses del año pasado el barril de petróleo se movió por encima de los cien dólares, mientras que este año este ha oscilado entre los 40 y 65 dólares. Pero aun así, la regular, el segundo combustible de mayor consumo nacional, en mayo fue 24 por ciento más barata que en igual período del año pasado, cuando se compró en 1.25 por ciento el litro.
Las cifras del Instituto Nicaragüense de Energía indican que el consumo de carburantes, al menos en los primeros tres meses del año, ha experimentado un crecimiento moderado respecto a 2014, principalmente en el diesel (8.71 por ciento). En la súper y regular el aumento es de 13.80 y 9.70 por ciento, respectivamente.
Alivio en manos de “magnates del petróleo”
A Marvin Pomares, director ejecutivo del Instituto de Defensa de los Consumidores, las cifras no le sorprenden, porque asegura que por esa razón desde hace siete años presentaron una iniciativa de ley para que el mercado de los combustibles se volviera a regular para evitar “a todas luces” que las petroleras tengan grandes márgenes de ganancias. Pero, agrega, el proyecto de ley está engavetado en la Asamblea Nacional.
“¿Quién está definiendo el precio de los combustibles?”, se pregunta Pomares, quien cuestiona que hoy por hoy los nicaragüenses estén pagando precios como si el petróleo estuviera por encima de los cien dólares el barril.
Para Pomares, el alivio petrolero “está en manos de los magnates del negocio de los combustibles en Nicaragua” y reconoció que urge que los nicaragüenses salgan a las calles a protestar para demandar transparencia en este negocio.
El economista Adolfo Acevedo, en un análisis publicado este año, denunció que tal es la distorsión del mercado petrolero en Nicaragua, que entre enero de 2011 y septiembre de 2014, el precio medido en dólares del galón de la gasolina regular fue en promedio 1.75 veces superior al precio internacional. “A partir de allí ese diferencial se amplió explosivamente, hasta llegar a ser 2.54 veces al mes de diciembre 2014”, agrega.
Petróleo se derrumba
El petróleo intermedio de Texas cayó ayer un 7.7 por ciento y cerró con un precio de 52.53 dólares el barril, el más bajo desde abril pasado, afectado por la incertidumbre griega y la posibilidad de que Irán recupere cuota del mercado de crudo. Al final de la sesión de operaciones en la Bolsa Mercantil de Nueva York, los contratos futuros del crudo para entrega en agosto perdieron 4.4 dólares respecto al jueves pasado, la última sesión, ya que el viernes fue festivo en EE. UU. Los contratos de gasolina para entrega en agosto bajaron 11 centavos y cerraron en 1.92 dólares el galón.
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