Jhonny, un chavalo originario de Tipitapa, decidió estudiar Administración de Empresas en una universidad privada de Managua. Aunque hacía un largo viaje de más de una hora, no le importaba, ahí también estudiaban sus amigos.
Transcurrieron dos años donde la “diversión” de la “U” no faltaba ni un día. A pesar de no ir tan mal en clases, Jhonny sintió que no estaba dando resultados. Así que sin pensarla dos veces le informó a sus padres que ya no iba seguir estudiando. Un par de amigos de él hizo lo mismo. Ahora expresa que le gustaría estudiar periodismo pues cree “tener madera” para ello.
Pero, ¿qué fue lo que pasó? Una buena orientación vocacional hubiera ayudado a Jhonny y a muchos jóvenes, que han pasado por lo mismo, a elegir la carrera adecuada. Se matriculan porque a esa universidad entraron los amigos. O porque los papás le dijeron qué estudiar y no le pagan estudios sino en determinada carrera. O porque la universidad “es muy bonita”, “tiene prestigio” y con un título otorgado por ella “uno consigue trabajo”.
TENÉ EN CUENTA
Para que no se te complique la situación, expertos te dicen que debés hacer ante esta decisión.
Una de las primeras cosas que debés hacer es autoexaminarte. Conocer tus fortalezas y debilidades: esto será clave a la hora de decidir para qué estudios estás más capacitado y para cuáles no. “Ya que todos somos buenos para una cosa y los demás para otra”, señala la psicóloga Onelia Alegría.
Realizá el test vocacional. Esto te ayudará a “abrir la mente con ejercicios que ponen a relucir la imaginación, creatividad, lógica. Esto dará una idea de cómo somos y buscar una carrera de acuerdo con nuestra personalidad”, destaca Julio Jiménez, psicólogo de la Universidad de Ciencias Comerciales (UCC).
Comenzá a investigar sobre la carrera que elegiste y lo que ofrece la universidad. Recordá que nunca está de más tener otras opciones. “Por lo menos tres opciones de carrera profesional por si no los aceptan en uno o no cumplen con los requisitos no sentirse perdidos ni desanimados”, comenta la psicóloga Alegría.
Visitá la universidad donde querés estudiar. “Hay que aclarar las dudas que se tiene sobre la carrera, e ir al campus y ver cómo es el ambiente, pues esto también ayuda”.
Cuidado con la moda. Un gran error es dejarte llevar por lo que la familia o amigos te dicen.
Estar consientes que la universidad es un mundo. “Con mucha responsabilidad hay que asumir el nuevo reto que se va a iniciar”, explica Alegría.
Escucha la opinión de tus padres. Ojo con esto, pues puede suceder que ellos quieran imponerte lo que vas a estudiar.
¿POR QUÉ HACER EL TEST VOCACIONAL?
“Un test vocacional es para brindarle una orientación al joven que garantice un mejor proceso de preparación de la carrera profesional”, expresa Jiménez, psicólogo de la UCC.
Puede ser útil para identificar tus habilidades y potencial. Es posible que tengas talento en un área que no te interesa, o por el contrario, te falte desarrollar competencias afines a lo que te apasiona.
Los puntos que abordan el test vocacional son muchos, sobre todo está centrado en las aptitudes que podés tener en temas de cultura, creatividad, imaginación, conocimientos tecnológico, artístico, social, entre otros.
DESERCIÓN
La Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), la más grande del país, indica que hay carreras, como las ingenierías, en las que el veinte por ciento de los estudiantes que ingresan al primer año desertan antes de culminarlo. Sin embargo hay carreras en las que el promedio de abandono apenas llega al seis por ciento y en otras, como Medicina General, en la que la deserción es nula.
Jeniffer Castillo
