En 2030 Nicaragua podría estar libre de pobreza extrema y la proporción de la población que vive con dos dólares al día se habrá reducido a la mitad. Con ello, el hambre y la malnutrición ya no deberá ser un problema en ningún rincón del país y además la educación primaria, secundaria, técnica y universitaria de calidad será accesible para todos los nicaragüenses.
Todo lo anterior será posible si el Gobierno de Nicaragua ancla sus políticas de desarrollo en los próximos 15 años a los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), suscritos ayer por los 193 miembros de Naciones Unidas.
Los 17 objetivos, que contemplan 169 metas, que asumió Nicaragua como miembro pleno de Naciones Unidas son mucho más ambiciosos y amplios que los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), cuyos resultados para el país todavía se desconocen y que establecían como año tope 2015, comenzando desde 1990.
Los ODS, sin embargo, representan para Nicaragua una oportunidad para renovar su compromiso de acabar con la pobreza, universalizar la educación, lograr la igualdad de género y reducir la brecha con los países ricos, coincidieron ayer especialistas.
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), explica en un video facilitado por la organización, que los nuevos objetivos “que son universales” abarcan temas tan sensibles y necesarios, como son el empleo digno y de calidad, siendo este último “la llave maestra para el desarrollo inclusivo”.
“Esta nueva agenda exige acuerdos multilaterales más simétricos de desarrollo, es decir que la gobernanza global refleje los intereses de la comunidad internacional en su conjunto. Este es un desafío aún mayor si se consideran los retos relacionados con el cambio climático y la arquitectura financiera internacional”, resaltó.
Camino al desarrollo
Pero ¿cuáles son los 17 objetivos de desarrollo que asumió el mundo, y en particular Nicaragua? Al igual que en los primeros ODM, los gobiernos se comprometieron a poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo. Esto implicará, principalmente reducir a cero el número de personas que viven con 1.25 dólares al día, y en el caso de la pobreza general reducirla a la mitad.
Para este primer objetivo, según se lee en el texto de propuesta de los ODS, se espera que en 2030 “todos los hombres y mujeres, en particular los pobres y los vulnerables, tengan los mismos derechos a recursos económicos, así como el acceso a los servicios básicos, la propiedad y el control de la tierra y otras formas de la propiedad, la herencia, los recursos naturales, la nueva tecnología adecuada y los servicios financieros, incluyendo microfinanzas”.
Y aunque no hay cifras oficiales, hasta 2013 en Nicaragua, según la encuesta para medir la pobreza de la Fundación Internacional para el Desafío Económico Global (Fideg), el 40.5 por ciento vivía en pobreza general y 9.5 por ciento en la extrema. Con relación a 2009, desde que se comenzó a realizar esta encuesta, ese flagelo se ha reducido 4.2 y 0.2 puntos, respectivamente.
Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) y Mario Arana, exministro de Hacienda y expresidente del Banco Central de Nicaragua, coinciden en que para lograr ese primer objetivo se tiene que garantizar el crecimiento económico sostenido, aumentar la producción, incrementar el empleo, aumentar las exportaciones y desarrollar políticas de mayor educación de calidad para todos.
Sobre esto el ODS número cuatro plantea: “Garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos”.
Los gobiernos esperan que al término de 2030 “todas las niñas y los niños completen la educación secundaria y primaria gratuita, equitativa y de calidad”. Además se garantizará “la igualdad de acceso de todas las mujeres y los hombres” a la educación técnica y superior, es decir la universidad.
Igualmente se prevé que en 2030 el conocimiento que emane de las aulas sea capaz de desarrollar habilidades para alcanzar el crecimiento sostenible, “la igualdad de género, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía global y la apreciación de la diversidad cultural”.
“La educación es instrumental para reducir la pobreza. El tema de la educación es el tema que deberíamos estarle poniendo más atención porque creo que es donde estamos más rezagados”, enfatiza Chamorro.
Según cifras del Banco Central de Nicaragua, en 2014 el país destinó 2.8 por ciento de su Producto Interno Bruto para el gasto en educación, proporción que se ha mantenido casi invariable desde 2012.
Empleo más productivo
De lograr la reducción drástica de la pobreza mediante una mayor educación de calidad, Nicaragua podría materializar el ODS número ocho: “Fomentar el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo, y el trabajo decente para todos”.
Este objetivo se insertaría en un mercado laboral nicaragüense azotado por la informalidad y la baja productividad. Según datos del BCN, en 2014 el año pasado el empleo informal creció, al pasar de 74.4 por ciento en 2013 a 75.2 por ciento.
En cuanto a la productividad laboral, el economista Adolfo Acevedo mencionó en su momento, sobre la base de cifras oficiales, que entre 2009 y 2012 esta cayó 2.7 por ciento anual. En ese período, menciona, la economía creció en promedio anual 4.8 por ciento, mientras que el número de trabajadores ocupados como un todo aumentó 7.6 por ciento.
Aún así, en las acciones relacionadas con el ODS número ocho se espera que para 2030 se logren “mayores niveles de productividad mediante la diversificación económica, la modernización tecnológica y la innovación, incluso a través de un enfoque de alto valor añadido y sectores de trabajo intensivo”.
Además se prevé “fortalecer la capacidad de las instituciones financieras nacionales para fomentar y ampliar el acceso a la banca, los seguros y servicios financieros para todos”.
INDUSTRIALIZACIÓN E INNOVACIÓN
Menos pobreza, más educación y mejor empleo permitirían alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible número nueve que busca “desarrollar infraestructuras flexibles, promover la industrialización inclusiva y sostenible, y fomentar la innovación”.
La idea es que para 2030 el nivel de industrialización en los países menos desarrollados como Nicaragua se duplique como porcentaje del Producto Interno Bruto. Eso sería posible a través de un aumento en “el acceso de las pequeñas empresas industriales y de otro tipo, en particular en los países en desarrollo, a los servicios financieros, incluyendo crédito asequible, y su integración en las cadenas de valor y los mercados”.
CIUDADES SOSTENIBLES Y MÁS JUSTICIA PARA TODOS
Todo lo anterior paralelo a la búsqueda de alcanzar los ODS número 11 y 16: “Conseguir que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles; y promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles”.
Esto estaría acompañado por el objetivo número siete de “garantizar el acceso a una energía asequible, fiable, sostenible y moderno para todos” así como “garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos (ODS número seis)”.
CANALIZAR COOPERACIÓN
En el caso de Nicaragua, Arana sostiene que estos nuevos objetivos universales podrían permitir al país retomar su diálogo con la cooperación internacional, puesto que esta agenda propiciará una mayor movilización de recursos a nivel internacional.
“En Nicaragua el gran desafío es tener los recursos para cumplir con esas metas. Los análisis que se hicieron en algún momento cuando estaba en el Gobierno eran que los recursos para cumplir con los ODM eran insuficientes, entre recursos internos y externos, no daban y por eso seguramente hoy nos quedamos cortos como pudimos prever en algunas de las metas”, afirma Arana.
De hecho, Bárcena sostiene que es “vital para la región fortalecer la movilización interna de recursos para implementar esta agenda y un pacto global más equitativo con el mundo desarrollado”, sostuvo.
“Canalizar eficazmente los recursos privados es un aspecto vital, pero requiere fortalecer al Estado e idear mecanismos innovadores de financiamientos”, insiste.
ACCIONES CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, destacó que estos nuevos objetivos recogen la necesidad de “proteger, restaurar y promover la utilización sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar demanera sostenible los bosques, combatir la desertificación y detener y revertir la degradación de la tierra, y frenar la pérdida de diversidad biológica (ODS 15)”.
Eso estaría anclado con el ODS 13 de “tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos (tomando nota de los acuerdos adoptados en el foro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático)”.
MENOS MORTALIDAD
En el Objetivo de Desarrollo Sostenible número tres, relacionado con “garantizar una vida saludable y promover el bienestar para todos en todas las edades” se espera reducir la mortalidad materna a menos de setenta por cada cien mil nacidos vivos. Y en el caso de la mortalidad infantil, la proporción sea de 12 por cada mil nacidos vivos, la mortalidad de menores de cinco años de 25 por cada mil nacidos vivos.
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