Cuando los directivos del Partido Resistencia Nicaragüense (PRN) se aliaron con los sandinistas para las presidenciales de 2006, les prometieron que si Daniel Ortega ganaba la elección, los contras integrarían el gabinete en el Ministerio de Gobernación, Educación, Medio Ambiente, Desarrollo Rural, además de los consulados en Miami y California.
Ortega ganó la elección y no le cumplió al PRN las promesas de campaña. Lo único que le quedó al partido que dice representar a los combatientes de la contra fueron las hojas donde se firmaron los acuerdos y dos diputaciones, una nacional de Élida María Galeano y otra en el Parlamento Centroamericano (Parlacen) de Julio César Blandón.
Julio César Blandón es conocido como “Kalimán” y fue comandante de la contra, el ejército de campesinos entrenados y financiados por Estados Unidos para combatir al régimen sandinista en los años ochenta. Él es presidente del PRN, que a pesar del incumplimiento de campaña continúa de aliado del Frente Sandinista de Liberación Nacional, su archirrival de antaño.
Blandón cree que en el contexto actual que vive el PRN no le queda de otra que ser aliado del FSLN.
“Nosotros estamos aliados (con el FSLN) no porque nos guste o porque no nos guste, estamos aliados porque definitivamente si el PRN no participa en las elecciones perdemos la personalidad jurídica y dos: porque creemos que es la mejor opción. ¿Qué voy a meterme yo con un PLC que tiene un uno por ciento (de resultado en las elecciones)? ¿Quién se va a aliar con un perdedor? Nadie”.
Para el excomandante contra y aliado del Partido Liberal Independiente (PLI), Óscar Sobalvarro, la alianza del FSLN con el PRN es una mentira. “Es una alianza de sellos y membretes, porque ellos aunque digan que son el PRN, los contras no están en el PRN, están mayoritariamente en el PLI”, aseguró.
Según Sobalvarro, estar aliados con el FSLN para no perder la personería jurídica no es ninguna justificación. “Nosotros luchamos contra el Frente Sandinista y no se concibe una alianza con nuestro principal enemigo, si están ahí es por un interés económico, buscando que el Frente les dé una oportunidad de empleos para suplir sus necesidades”, aseguró.
¿Qué motiva a los contras afiliados al PRN a mantener alianzas con el FSLN?, además del miedo a perder la personería jurídica como le ha pasado a varios partidos opositores. Blandón reconoce que no tienen recursos económicos para participar solos en una elección.
Además Blandón argumenta que ellos están como “en palco viendo cómo los llamados demócratas se desbaratan cada día”.
Para Luis Fley, otro de los comandantes contras que está afiliado al PLI, la alianza de sus excompañeros de armas con el FSLN es contradictoria.
El PRN “es de una línea demócrata nacionalista e independiente y es incompatible con el Frente Sandinista. Lo que hay ahí son intereses personales de una diputación al Parlacen y de una diputación nacional”, dijo Fley categórico.
Maximino Rodríguez, precandidato presidencial de la alianza que encabeza el PLC y excomandante de la contra, no se explica la alianza de sus excompañeros de armas con el FSLN, pero dice que respeta su decisión.
Roberto Ferrey, vicepresidente del PRN, dice que cuando se aliaron con los liberales, estos les pagaron mal. “Nos consideraron vuelatiros nada más y nos tenían como una reserva, que para cuando ellos nos necesitaran solo llamaban a la gente de la Resistencia”, justifica Ferrey.
Fley por su parte considera que el PRN perdió una oportunidad histórica al aliarse con el FSLN. La Resistencia llegó a tener alcaldes en Río Blanco, Waslala y otros municipios del norte, además de muchos concejales. “Llegamos a ser una fuerza política respetable”, asegura.
“Si se saliera (el PRN) de las naguas del orteguismo y se cambia la estructura y se pone gente creíble el PRN podría recuperar su credibilidad, pero así como están son microzancuditos chupándole la teta al Frente”, dijo Fley.
Blandón asegura que son 3 o 4 excomandantes contras que no están con el PRN en su alianza con FSLN.