Aunque una nota de prensa de la empresa B2Gold afirmó que la mayoría de los trabajadores en Mina El Limón ayer “atendió positivamente al llamado de regresar a sus puestos laborales”, los pobladores aseguran que el personal es subcontratado, mientras la protesta sigue y la tensión reina allí.
Organizaciones de Derechos Humanos que monitorean el conflicto registraron denuncias de habitantes de la mina que aseguran que las protestas y la represión, aunque en menor intensidad, siguen en la zona y que no hay “total normalidad” como falsamente dan a conocer los medios oficialistas.
“Estamos iniciando un proceso para la normalización de las operaciones y la integración de los trabajadores a sus puestos de trabajo, con el compromiso de mantener nuestra política de respeto mutuo así como la institucionalidad y el diálogo como premisas indispensables para la solución de diferencias”, indicó el gerente de B2Gold Nicaragua, Pablo Venturo.
Según Venturo: “En B2Gold Mina El Limón sabemos que solo trabajando juntos y en armonía podemos salir adelante por el bienestar de los trabajadores, sus familias y de todo el Distrito Minero”.
Yadira López, pobladora del distrito minero, aseguró vía telefónica, que a primeras horas del día ella y otra joven a la que identifica solo como Fabiola, fueron golpeadas por antimotines pese a que están embarazadas.
López afirmó que “estaban con una pancarta protestando” en la entrada principal de la mina debido a que “están trayendo a gente de otros lados”, cuando las golpearon los antimotines.
Según el director jurídico del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Gonzalo Carrión, la empresa había reanudado labores con personal subcontratado, lo cual molestó a los pobladores.
“Es completa farsa que queda al desnudo con la denuncia generalizada desde la Mina El Limón, que hemos estado recibiendo (…), digo farsa porque si hay un operativo bondadoso para recuperar la tranquilidad y la institucionalidad como lo celebra la minera, ahorita estaría la tranquilidad total reflejado en el trabajo”, opinó Carrión.
El activista se quejó del bloqueo de la Policía a los organismos de derechos humanos y otros fiscalizadores que intentaban entrar a la zona a verificar la “normalidad”.
Desaparecidos
A la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), acudieron Dina Berríos Figueroa y Yohana Herrera Berríos, quienes denunciaron la desaparición de Ángel Emilio Hernández Berríos, a quien los policías sacaron el sábado de su casa y ahora no aparece.
Herrera dijo que a su hermano lo pretenden acusar de “intento de violación” a una policía durante los disturbios del 6 de octubre.
Ambas mujeres sostienen que Hernández está enfermo de la columna y estaba trabajando el día de los hechos. Junto a él está desaparecido Noé Ocampo.
También denunciaron que el hospital local está tomado por la Policía y la población no puede opinar, tomar fotos o videos y una buena parte aún está huyendo. Agustina Espinales, de 50 años, habitante del reparto Róger Santos de la comunidad de Mina El Limón, dijo que la situación en la zona sigue igual, “la Policía sigue amedrentando a los pobladores, queremos que liberen a los detenidos y que haya paz y respeten el convenio de los trabajadores”.
Marisol Sánchez, de 38 años, manifestó que la empresa sigue irrespetando el convenio colectivo. “Es cierto que la empresa ya está trabajado pero no todos los trabajadores, y a algunos los están obligando y si no trabajan lo despiden, viene la represalia y la escoba”, dijo Sánchez. Aunque las autoridades del Ministerio de Educación orientaron que se reactiven las clases, ayer los padres de familia han decidido no mandar a sus hijos a clases.
Ayer la profesora de secundaria del Instituto Ricardo Morales Avilés, María Lourdes Rodríguez, pidió la libertad para los dirigentes. “Nosotros los sandinistas no tenemos la libertad de expresarnos, nos reprimieron”, expresó Rodríguez.
POLICÍA DEBE DISCULPARSE
El cardenal Leopoldo José Brenes dijo ayer que “la Policía Nacional debería de pedir disculpas” por “asaltar y tirar las puertas” de la parroquia Santa Bárbara, ubicada en la comunidad de la Mina El Limón (León).
El también arzobispo de la Arquidiócesis de Managua consideró esto un “ultraje al templo”, porque se “movió el santísimo sacramento que para nosotros es lo más grande”. “Se habla de que la Policía pateó la puerta del templo pensando que había gente ahí (pero) prácticamente la iglesia estaba cerrada”, indicó Brenes. El sábado 17 de octubre, oficiales de la Policía forzaron las puertas de la iglesia, creyendo que ahí se ocultaban algunos de los protestantes.
POBLACIÓN DESABASTECIDA
El Arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo Brenes, sostuvo ayer que ha estado en comunicación con el vicario general de la Diócesis de León, monseñor Silvio Selva, quien le ha informado que la población de Mina El Limón “está aislada y no tiene nada que comer”. Brenes participó ayer en una reunión con los miembros de la Arquidiócesis de Managua, donde habló sobre este tema. Durante la celebración de la misa dominical en la Catedral de Managua Brenes abogó por el cese de la violencia en esa localidad.