El oficialista Daniel Scioli y el opositor Mauricio Macri se abocaron ayer a buscar el apoyo de los seguidores del candidato que quedó en tercer lugar y de otras fuerzas de cara a la segunda vuelta presidencial del 22 de noviembre.
En un resultado inesperado, el peronista Scioli ganó en la primera vuelta del domingo de forma muy ajustada, con 36.86 por ciento de los votos contra 34.33 por ciento de Macri y no pudo evitar el balotaje, que se celebrará por primera vez en la historia de Argentina.
Las encuestas habían vaticinado un triunfo más holgado del oficialista e incluso algunas señalaban que iba a ser elegido como sucesor de la presidenta Cristina Fernández en primera vuelta.
Scioli, del Frente para la Victoria, dijo en una rueda de prensa que “comienza una nueva elección” y pidió el apoyo a los electores del peronista disidente Sergio Massa, de Unidos por una Nueva Argentina, quien sacó 21 por ciento de los votos en los comicios en los que participaron seis fuerzas.
ÁRBITRO DE SEGUNDA VUELTA
Sergio Massa se convirtió en una suerte de árbitro para la segunda vuelta y no ha anunciado a quién apoyará, aunque acotó que presentará un documento con ideas que considera fundamentales y que deberían respetar quienes disputarán el balotaje.
“El votante de Massa está mucho más lejos de Macri que de nosotros”, sostuvo Scioli.
El izquierdista Nicolás del Caño llamó a votar en blanco y los dos candidatos que obtuvieron menor apoyo no se definieron, pero criticaron a los contendientes.
Macri, del Frente Cambiemos, pidió en tanto a los que no lo votaron que “se animen” y lo apoyen.
En un envite a Massa, el alcalde saliente de Buenos Aires destacó la importancia de “dialogar con dirigentes… para maximizar las coincidencias”.
Macri y Scioli se mostraron dispuestos a medir fuerzas en un debate presidencial, a lo que se había negado el oficialista en la recta final de la campaña.
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