Destrucción ambiental por Canal
El gran Canal es un tema que nos afecta a todos los nicaragüenses, directa e indirectamente, porque es nuestra soberanía la que está en riesgo y es uno de los valores más sagrados que tenemos los nicaragüenses y estamos obligados a defenderla cueste lo que cueste.
Hay otros proyectos, como la refinería que solo se han puesto piedra de inauguración para llenarle de ilusiones falsas el cerebro a los nicaragüenses para desviarnos la atención y que nos olvidemos de la grave crisis económica y de la inseguridad ciudadana que vivimos.
Ahora este Gobierno nos viene a hablar de un gran proyecto del gran Canal y que construirá un aeropuerto internacional, centros turísticos, un lago artificial y zonas libres de comercio, cuando en seis años no han podido construir el proyecto hidroeléctrico Tumarín que solo es la construcción de una pequeña represa que abarca 3,700 manzanas o sea unos 26 km cuadrados.
La construcción del gran Canal es un proyecto gigantesco comparado con el proyecto Tumarín, y que no es más que un sueño desde hace ciento ochenta años; este proyecto tiene un costo de más de cien mil millones de dólares que todavía no se sabe quién pondrá esa plata para la construcción del gran Canal.
En días pasados Wang Jing anunció financiar la construcción del gran Canal por medio de la venta de las acciones en la bolsa de valores mundiales, esto significa que el chino no cuenta con el capital necesario para ejecutar la construcción y el cuento de las bolsas de valores solo es otra mentira más porque los inversionistas que manejan fondos de pensiones o de inversión no pueden esperar tanto tiempo porque existen otras opciones más rentables a plazo corto.
Debemos estar a la expectativa porque este Gobierno es tan irresponsable que puede llegar al extremo de comprometer nuestras finanzas públicas para el pago de las garantías porque no tiene capital para echar andar este proyecto del gran Canal y no es justo que los nicaragüenses paguemos los costos mientras Daniel Ortega y sus allegados se llevan los beneficios, por lo tanto tenemos que exigirle a este Gobierno la derogación de la Ley 840 y que no siga destruyendo nuestros recursos naturales.
Ortega y todos sus compinches deben ser denunciados por haber creado una ley para la construcción de un Canal Interoceánico que no fue consultado con la población. Ortega otorga una concesión sabiendo que afectaría a Nicaragua por más de cien años o quizás para siempre y lo más grave es que esta concesión solo le otorga derechos a Jing, pero no le impone obligaciones.
La concesión establece que toda información sobre la construcción del gran Canal será confidencial y tendrá autorización para tomar todas las decisiones que él necesite mientras el Estado de Nicaragua no recibe ni un centavo en concepto de impuesto o gravámenes, según el acuerdo que se firmó.
Sería el crimen más grande en la historia de Nicaragua la destrucción ambiental que causaría la construcción de este Canal.
Javier Rizo Herrera, desmovilizado de la ex Contra.
La marcha campesina
No cabe ni la menor duda de que la marcha campesina —realizada el pasado martes 27 de octubre— que llegó a Managua desde el norte y centro de Nicaragua fue todo un éxito, muy a pesar que la Policía y los militantes del partido sandinista no les permitieron llegar hasta la Asamblea Nacional, pero sí lograron llegar hasta la capital poniendo a tambalear al partido y gobierno del dictador Daniel Ortega.
Estos miles de hombres, mujeres y jóvenes que marcharon en contra de la construcción del Canal Interoceánico son verdaderos defensores de la soberanía nacional. Con un gran espíritu de buenos hijos de Nicaragua y viajando en camiones por más de ocho horas, le dijeron al dictador Ortega que no le van a permitir que le entregue la soberanía nacional a un ciudadano chino y mucho menos sus tierras, que tanto les han costado a estos campesinos.
El general Augusto César Sandino hubiera estado orgulloso de estos miles de campesinos que con mucha valentía defienden la soberanía de nuestro país.
Y digo que Sandino hubiera estado orgulloso, tomando en cuenta que los mismos que hoy se dicen ser hijos de Sandino dicen hasta la saciedad que Sandino fue un fiel defensor de la soberanía nacional y que por ello entregó hasta su propia vida, pero a la vez Sandino se hubiera sentido avergonzado por los que se dicen hijos de Sandino y le entregan la soberanía de Nicaragua a Wang Jing.
Pero bien, dan pesar los ciudadanos que dicen que son sandinistas y que participaron en la contramarcha en apoyo a la construcción del Canal, porque han perdido su dignidad a cambio de un empleo en el Estado, por una beca, diez láminas de zinc, una gallina o chancho.
El general Sandino también hubiera estado avergonzado de todos estos ciudadanos que participaron en la contramarcha a favor de la construcción del Canal, a cambio de recibir las migajas que les da la familia presidencial Ortega Murillo de los impuestos de todos los nicaragüenses. Ya lo decía en su reciente visita a Nicaragua el empresario mexicano, don Carlos Slim: “Un hombre con hambre entrega su dignidad”, y eso fue lo que hicieron estos ciudadanos que participaron en apoyo al Canal.
Máximo M. Castillo (mexicano).
¿Cuánta agua hay que beber?
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomienda que la ingestión diaria de agua debe de ser de tres por ciento del peso corporal. Así, una persona que pese 70 kilogramos, deberá tomar diariamente 2.1 litros de agua. Se estima que del total de agua, el 75 por ciento en promedio proviene de líquidos y el 25 por ciento de los alimentos.
Una persona de 70 kilogramos consume 1.5 litros por vía líquidos y 0.6 litros por vía los alimentos. Si asumimos que en el día esta persona consume dos vasos de refrescos naturales o gaseosas, lo que significa medio litro de líquidos, entonces, la persona deberá tomar un litro de agua de la llave o embotellada.
Se debe consumir agua a diario para reponer la cantidad perdida, que puede alcanzar los 2.4 litros al día por medio de la orina, la respiración, la sudoración y las heces. La pérdida por sudoración causa gradualmente sensación de fatiga, calambres, mareo, cansancio, aumento de la frecuencia cardiaca, dolor de cabeza, hormigueos, falta de aliento y signos de afectación del cerebro, el hígado y los riñones.
A nivel físico, es importante reponer el volumen de agua que se pierda para evitar deshidratación leve o severa, la cual se puede medir por el color de la orina. Es severa cuando pasa de amarillo claro a amarillo oscuro y se manifiesta por sequedad en la boca y sed. Cuando esta condición es continua se ven perjudicados el sistema nervioso y el corazón y el semblante de la persona pierde lozanía.
A nivel mental. Los efectos en la salud mental también varían de moderados a severos, según el grado de deshidratación que se tenga. Aún una deshidratación moderada afecta los procesos intelectuales relacionados con la reducción de la capacidad de alerta y la memoria a corto plazo.
Según una investigación realizada por la doctora Ana Adan, directora del Departamento de Psiquiatría y Psicobiología Clínica de la Universidad de Barcelona, “por muy leve que sea la deshidratación, no es un estado deseable porque implica un desequilibrio que puede repercutir negativamente en la capacidad cognitiva, e interferir en la correcta realización de actividades laborales o académicas”.
Los atletas deben aprender a hidratarse ya que el exceso de sudoración que sucede con el ejercicio intenso en toda disciplina puede llevar a niveles significativos de deshidratación. Un atleta debe consumir agua de la llave o purificada antes, durante y después de un ejercicio. Dos horas antes se recomienda beber dos vasos de agua, medio vaso cada 15 minutos durante el ejercicio y cuatro vasos al final.
Nelson Medina.