Aparta de mí la sobredosisde poesía que se anda por las ramas:cuando la honra es herida déjense de chochadas.
El alba y los atardeceres son plausiblessolo si el nubarrón no apaga el horizonte.En este tiempo de abjurar de aquella viejadignidad que un día nos vistió de primavera,no es momentode ver para otro lado o agachar la cabeza.El miedo de hoy será la frente alta de mañana;las vanguardias del cambio no se fraguancomo si solo fuera soplar y hacer botellas.
Que no se envanezcan los depredadoresni se desazonen los vilipendidadosque ya despuntan rayitos de esperanzairradiando desde el campo —Sandino lo predijo—y al pueblo apático e inermecomienza a llegarle un rumor valienteanuncio de auroras transgresoras.Y ante nosotros, huérfanosde coraje, valores y modelos,se agiganta una heroína necesariatostada por el sol de la justicia.
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