Lejos de las barracas y los edificios centrales, un búnker rectangular de concreto raya con las demás estructuras. Sus gruesos muros perimetrales están tapados por tierra, una alta chimenea de ladrillos rojizos se erige a un costado y en el frente una solitaria puerta de hierro invita a pasar. Lo primero que se pisa es la infame cámara de gas. Un amplio salón vacío con paredones grises y cuatro orificios en el techo. Un salón que en su tiempo fue rutinario. Gas, muerte, fuego. Gas, muerte, fuego. Gas, muerte… Hoy Auschwitz es un sitio de peregrinaje histórico obligatorio para comprender uno de los capítulos más oscuros de la Segunda Guerra Mundial (SGM): el Holocausto o la Shoah, es decir, el genocidio en el que aproximadamente seis millones de judíos fueron asesinados por el régimen nazi de Alemania, comandado por Adolf Hitler (según cifras oficiales).
El antiguo campo de concentración de Auschwitz —referido a veces como campo de exterminación— se encuentra en un poblado homónimo al sur de Polonia, a unos cincuenta kilómetros de Cracovia, la segunda ciudad más grande del país. Fue construido en 1940, un año después del comienzo de la SGM y su procedimiento para asesinar a prisioneros políticos, gitanos, homosexuales, discapacitados y sobre todo a judíos era industrial. Un sector tuvo hasta cuatro cámaras de gas donde podían asesinarse a 2,500 personas por turno, que después se cremaban en hornos contiguos.
Auschwitz está divido en tres sectores: el sector I era el centro administrativo, el II, llamado Birkenau, era donde se almacenaba a los presos en barracas en condiciones infrahumanas y donde se les asesinaba sistemáticamente, y el sector III, bautizado como Monowitz, era la zona de industria, donde los presos con mejores condiciones físicas trabajaban de lunes a sábado, todo el día, en áreas militares, metalúrgicas y mineras.
El tour guiado dura cuatro horas y abarca los sectores de Auschwitz I y II. Se exploran los edificios centrales, las barracas comunes, las letrinas, los sistemas de alambrado doble que contenían a los prisioneros, las salas de experimentación médica ilegal con humanos, la única cámara de gas que sigue en pie (los nazis destruyeron las cuatro del sector II con dinamita para borrar evidencias) y los hornos crematorios. En total, estudios han revelado que 1.1 millones de personas fueron asesinadas en Auschwitz.
DACHAU, ALEMANIA
Dachau es otro punto icónico para una mejor comprensión del Holocausto. Su valor histórico es incalculable por ser el primer campo de concentración y trabajo para presos que se construyó en Alemania durante la administración de Hitler y está a solo 15 kilómetros de Múnich: un órgano político, social y económico muy importante en el país.
Este no era un campo de exterminación, pero sirvió como prototipo para los demás infiernos y como una escuela de violencia para los operativos de la Schutzstaffel o SS, que era la organización militar, policial, política y de seguridad de la Alemania nazi encargada de administrar el sistema de campos de concentración.
Pese a no estar diseñado para dar muerte a seres humanos, en Dachau murieron 31,951 personas y hornos crematorios convirtieron los cadáveres en cenizas. Además, el sitio fue conocido por los niveles de crueldad de sus operarios. Las torturas eran el pan de cada día. Se usaban métodos como la garrucha o la flagelación y había celdas angostísimas en las que solo se podía estar de pie.
CÓMO LLEGAR
Para llegar a Cracovia desde Managua se necesita hacer dos escalas. Lo más cómodo es ir a Miami, de ahí a Múnich, Alemania, y de ahí a Polonia, pero también se puede pasar por México y Francia antes de llegar a destino. Las tarifas de ida y vuelta van desde dos mil dólares hasta los cuatro mil, dependiendo de las aerolíneas, las escalas y la fecha. Una vez en Cracovia, Auschwitz está a menos de dos horas en carro, bus o tren. La entrada al museo es gratuita y libre en algunos horarios, pero se recomienda pagar por la visita guiada disponible en muchos idiomas, pues cuesta menos de 15 dólares.
Para visitar Dachau puede quedarse en Múnich y existen múltiples métodos de transporte para ir al campo, ubicado a tan solo treinta minutos en carro o bus.
Tanto Auschwitz como Dachau pueden provocar sentimientos fuertes. Se recomienda no acceder con niños.
Ver en la versión impresa las paginas: 15 ,14