La entrada tardía e irregular del período lluvioso provocó que las plantas que alimentan a las abejas y favorecen la producción apícola florecieran tardíamente. Eso puso en riesgo a la mayoría de colmenas y reducirá en al menos veinte por ciento la producción nacional de miel de este ciclo.
“Las zona más afectada es el Corredor Seco. Hubo afectación desde Rivas hasta Chinandega pasando por la parte sur de Estelí y de Matagalpa y varias comunidades de Boaco”, dice José Bermúdez, presidente de la Asociación de Productores Nacionales de la Miel (Pronamiel).
Estas afectaciones se dan porque “el país no tiene un sistema de producción intensiva de miel y se depende en un cien por ciento de la floración silvestre y cuando hay variaciones de las normas climáticas estas impactan directamente en el volumen de la producción”, expone Lars Saquero Moller, gerente general de Ingemann.
Dicha empresa es la principal acopiadora y exportadora de miel del país y este año proyecta exportar a Europa entre cuatrocientas y quinientas toneladas.
La sequía retrasó principalmente la floración de la campanita o campanilla (que inicia normalmente entre diciembre y enero). El néctar de esta flor es el principal alimento de las abejas y estimula la producción de miel.
RECURREN A ALIMENTOS SUPLEMENTARIOS
A falta de este alimento natural los apicultores tuvieron que recurrir al jarabe de azúcar morena como alimento suplementario. Y garantizar una mayor asistencia técnica para evitar la muerte de las abejas.
“Esto provocó gastos extras, el mantenimiento de las colmenas y la producción de miel este año costó más. Se estima que entre todos los productores invertimos al menos 1.50 millones de córdobas solo en alimentos suplementarios”, detalla Bermúdez.
Adicionalmente se incurrió en gastos para el traslado de los apiarios (conjunto de colmenas) a zonas menos afectadas por la sequía, para evitar pérdidas de colmenas como en los últimos dos años.
“Este año alertamos a los productores para que no dejaran morir las colonias, las movieron a tiempo para evitar pérdidas mayores. La mayoría se fue con sus apiarios a lugares más frescos. A las montañas de Boaco, Matagalpa y Estelí porque además esas son zonas son donde hay más floración, porque esto se hace en base a estudios”, explica Bermúdez.
SUBEN LOS COSTOS DE PRODUCCIÓN
Sin embargo, “no todos los productores tienen los recursos para hacer trashumancia a grandes distancias, porque en algunas zonas del país siempre habrá floración, pero cada vez las distancias se hacen más grandes”, expone Saquero Moller.
El gasto en asistencia técnica adicional, alimentos suplementarios y traslado en busca de zonas más aptas para la producción de miel elevó el costo de producción.
Según Pronamiel el costo de producción de la miel, oscilaba entre 1.80 y 1.90 dólares por kilo, pero este año se incrementó hasta tres dólares por kilo.
“Esperamos que con las lluvias de las últimas semanas haya más floración para que el sector se recupere un poco. Porque aunque este año no hubo pérdida de colonias calculamos que la reducción en la producción de miel será de al menos el veinte por ciento”, dice Bermúdez.
Agregó que el año pasado se produjeron unas novecientas toneladas de miel y este año solo unas 650 toneladas.
Dicha merma es confirmada por el Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex) que entre el 1 de enero y el 20 de noviembre de este año reporta la exportación de 632 toneladas de miel. En el mismo lapso del año pasado se enviaron al mercado internacional, 795 toneladas. Es decir, este año el volumen de envíos se redujo en 20.55 por ciento.
PRECIO PROMEDIO MEJORA
Esta reducción en el volumen fue compensada en parte por un incremento del 6.17 por ciento en el precio promedio de venta que pasó de 3,730 dólares por tonelada en el periodo de referencia del año pasado a 3,960 dólares este año.
Eso evitó una mayor reducción en el monto total de las ventas que este año acumulan 2.50 millones de dólares, cuando el año pasado en el mismo lapso registraron 2.96 millones de dólares.
El incremento en el precio promedio de venta es atribuido por Saquero Moller a que por la calidad Nicaragua produce parte de la miel más cara del mundo. No obstante, considera que “el productor tiene que empezar a innovar y a romper la tradición”.
Considera que en muchos casos los apicultores utilizan ciertas técnicas porque siempre se han usado. “Pero con el cambio climático tienen que aprender a manejar las colmenas de una forma distinta y buscar zonas menos afectadas por la sequía, aunque tradicionalmente no hayan sido zonas productoras de miel”, advierte Saquero Moller.
Para Pronamiel otra solución es tener abejas más resistentes a la sequía. “Lo mejor que hay en abeja es la africanizada porque es la más trabajadora, pero mejorada con genes de abejas más mansas mejoraría la producción, pero se requeriría de un laboratorio para desarrollar esos cruces”, reconoce.
Bermúdez espera que un Plan Nacional Apícola promueva en el futuro cercano, todos los cambios que se requieren para asegurar una mayor producción de miel.
EL SECTOR EN CIFRAS
980 apicultores activos registró el Censo Nacional Apícola realizado en 2006 por el Ministerio Agropecuario y Forestal. Ellos producían miel en:
22,656 colmenas distribuidas en 1,203 apiarios. Pero la Asociación de Productores Nacionales de la Miel (Pronamiel) calcula que actualmente existen:
2,000 apicultores activos y unas 32,000 colmenas que producen entre 27 y 30 kilos de miel en cada ciclo productivo. Para una producción promedio de hasta 960 toneladas anuales.
QUIEREN BONO
La Asociación de Productores Nacionales de la Miel (Pronamiel) solicitó al Ministerio de Economía Familiar, Comunitaria, Cooperativa y Asociativa (Mefcca) la entrega de un bono Crisol que compense la falta de financiamiento.
“Que sea de entre 2,500 y 3,300 dólares para pagarse en tres años para que unos novecientos productores fortalezcan la producción de miel. Ellos requieren unos 130 dólares para el establecimiento de cada colmena productiva”, dice José Bermúdez, presidente de Pronamiel.