Los vendedores de pólvora de la capital aseguran que hubo una disminución en sus ventas este 7 de diciembre con respecto al año pasado. “Estuvo mala la venta, la gente tiene miedo de comprar pólvora y que la Policía se la quite”, apunta Arelys Téllez, comerciante de El Mayoreo.
“La gente tiene derecho de comprar hasta cien libras de pólvora y tres días para usarla, no se las pueden quitar si van bien empacadas y cumplen con las medidas, pero a veces la policía abusa o exagera para decomisar o cobrarles permisos”, se queja Téllez.
Los comerciantes coinciden en que este año con el aumento de la vigilancia policial en los puntos de venta de pólvora, y medidas más estrictas de distribución, manipulación y comercialización de productos pirotécnicos, la población se muestra temerosa de comprar sus productos.
“Sabemos que son materiales delicados, que requieren un manejo especial, pero eso se le explica a cada comprador, se empaca de forma segura, no se vende a menores ni a personas tomadas (ebrias)”, apunta Maritza Alemán, comerciante del Paseo Tiscapa.
POLICÍA DESPLEGADA
Este año la Policía Nacional autorizó ocho sitios para vender pólvora en la capital, donde hay alrededor de cien comerciantes.
El seis de enero se vence el permiso de venta de productos pirotécnicos y a diferencia de años anteriores los puntos de ventas están en permanente vigilancia policial, además de contar con puestos de bomberos. “Eso me parece bien porque así se evitan accidentes, pero la gente teme comprar cuando mira a la Policía”, comenta Esperanza López, comerciante.