“Tan imprescindible es la unidad para el éxito de los partidos opositores que no hay que sentarse a esperarla”, considera el diputado opositor del Partido Liberal Independiente (PLI), Eliseo Núñez Morales.
Los liberales llevan enfrentados 13 años desde el proceso judicial por actos de corrupción contra el expresidente Arnoldo Alemán (1997-2001) . Pese al hundimiento electoral del PLC en 2011, que logró el cinco por ciento de los votos entonces, el factor Alemán sigue intranquilizando a algunos liberales a un año de los comicios generales, mientras el partido de gobierno se encuentra cohesionado alrededor del mandatario.
Dora María Téllez, directiva del Movimiento Renovador Sandinista, asegura que la gente no percibe unidad en las filas de los partidos que se van a enfrentar con el partido de gobierno. Para ella, el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), de Alemán, no debe ser visto como oposición y por lo tanto no es una pieza que les hace falta.
“Tenemos que preguntar desde la oposición: ¿por qué es que la gente no percibe que hay unidad? Ese es un tema importante. En efecto la gente siente que no hay unidad”, admitió la exguerrillera.
Núñez apunta, en cambio, a la desconfianza que marca el PLC en la relación con los liberales y a la necesidad de negociar.
“En el PLI hay muchas dudas de si realmente el PLC está abocado a ser un partido de oposición o que si ha venido ya durante los años acomodándose a lo que el Gobierno le ha venido dando, que ya se ve reducido, pero que le sigue funcionando”, dijo Núñez en referencia a los acuerdos políticos que permitieron la repartición del Estado entre Alemán y Ortega hasta que el sandinista le ganó la partida y alcanzó el control total.
El analista Oscar René Vargas, exasesor de la Dirección Nacional del FSLN, señala que a la oposición la hunde la falta de una propuesta alternativa al Gobierno.
“No tener una propuesta concreta, a mi criterio, está demostrando que tienen una posición similar (a Ortega), no quiere decir con esto que sean iguales, pero sí similares”, explica Vargas.
Según el sociólogo, si los partidos opositores rechazan a Ortega, lo menos que deben hacer es proponer cómo lo harían ellos. “¿Cuál tendría que ser, por ejemplo, la relación con las zonas francas o con las compañías mineras? Yo no he escuchado ninguna crítica de los opositores en relación con la minería. Tampoco he escuchado cuál sería la diferencia con las empresas de telecomunicaciones. Entonces, en ese sentido, no veo la diferencia”, resumió. Para Vargas ningún partido opositor “tiene una política social y económica diferente” al orteguismo.
RETO DEL PAÍS
La oposición ha concentrado sus fuerzas en demandar el regreso de la institucionalidad y la garantía de realizar elecciones libres, justas y transparentes en 2016, llevando en la cuenta 34 “miércoles de protesta” con esta demanda, lo que les ha costado ser objeto de la represión del gobierno.
Sin embargo organizaciones de la sociedad civil señalan el desempleo y la pobreza como problemas que afectan a la población en general.
Hace ocho años había 114,500 personas en edad de trabajar sin empleo, pero este año se alcanzó el nivel más alto en el gobierno sandinista: 220,100, según información suministrada a principios de 2015 por el economista Adolfo Acevedo, citada en el diario LA PRENSA.