Este año incluya en su armario prendas que den más elegancia y aires femeninos a su atuendo. Conozca los dos tipos de vestidos que no le deben faltar.
El vestido corte simple o recto es ideal para los cuerpos con poca cadera, rectos, y para los tipo triángulo y reloj de arena, con unas pinzas que amolden un poco el vestido a la cintura, para que no se forme la típica bolsa en esa zona.
Es funcional para prácticamente todas las ocasiones, pues la tela, el estampado y los colores harán que sea más o menos formal, así como los complementos con que lo combine. Según las particularidades de su forma corporal ya definirá si es favorable llevarlo con o sin manga, los tipos de escotes adecuados, así como el largo.
Con el vestido corte A puede recuperar la tendencia retro y romántica de las épocas en que la mujer prácticamente solo se ponía vestidos y faldas. Puede encontrar una amplia variedad de ejemplos en diferentes telas, estampados y diseños que modernizan un poco este clásico estilo.
Es un corte ideal para vestidos informales como de jeans o tipo algodón y gabardina. Para lo formal y laboral, escoja en lana fría o tejidos parecidos con la línea A sutil y sin volúmenes. Para lo casual de calle, búsquelo en telas un poco más vaporosas pero sencillas. Para un cóctel en largo a la rodilla o midi y tela vaporosa o telas más elegantes con estampados un poco más llamativos.
Estos últimos, al igual que los de estilo más formales, pueden tener telas más pomposas, que tengan volumen.
Si tiene mucha cadera, el corte A le conviene en telas con caída, poco rígidas y en colores más oscuros o estampados y de poco contraste, para no agregar volumen en la zona. Este corte llevado a la cintura siempre acentuará el área y estilizará el cuerpo, además de dar un efecto óptico de curva a un cuerpo recto.
Recuerde que el correcto uso de las formas de la ropa ayuda de manera efectiva al balance del cuerpo. Agregue volumen donde su cuerpo lo requiera balancear y evítelo donde quiera verse más estilizada.