A pesar de los intentos de la Policía Nacional de impedir la entrega de 250 quintales de alimentos, este sábado 2 de enero empezó a distribuirse la ayuda enviada por productores del sur a unas cuatrocientas familias de Santa María, en el departamento de Nueva Segovia.
Después de cuatro días de amenazas y presiones el dirigente campesino, Jaime Maradiaga, demostró durante una inspección del Ministerio de Salud (Minsa), último requisito impuesto, que el alimento estaba en excelentes condiciones.
“Fue una manipulación para retrasar la entrega”, dijo Maradiaga, quien desde horas tempranas de ayer fue amenazado por la Policía con ser procesado si repartía la comida.
Al lugar acudió el alcalde sandinista de Santa María, Noel Rivas, adonde llegó —según dijo— en calidad de integrante del Sinapred y alegó que él conoció de ese alimento retenido hasta este sábado.
AGRADECE POR DONACIÓN
Maradiaga agradeció a los productores de Punta Gorda, La Fonseca, Nueva Guinea y El Tule, por el donativo que enviaron que es parte de un proyecto que denominan “De Campesino a Campesino” y que están dispuestos a continuar.
“Hacemos un llamado a las autoridades nacionales, departamentales y municipales, que en vez de entorpecer este tipo de proyectos que nos ayuden hombre”, dijo Maradiaga, quien al final distribuyó los alimentos conforme al listado establecido y así aceptó el alcalde.
ESCASEZ ES EVIDENTE
En un momento las autoridades les dijeron, a quienes donarían los alimentos, que no habían necesidades, que la mayoría son productores, pero Maradiaga señala que la escasez de alimentos es evidente por la falta de lluvia en la zona, donde “todo se perdió”.
En la zona siembran maíz, millón y frijol, pero ahora deberán esperar hasta mayo próximo para una nueva siembra, por lo que muchos de los hombres han dejado el municipio en busca de trabajo, como las labores del café en localidades vecinas, pero el alcalde Rivas minimizó esta situación al afirmar que esa es la actividad a la que recurren tradicionalmente.
Esta es la primera ayuda que llega a las comunidades pobres del municipio de Santa María, pues aunque el Gobierno ha enviado su parte, la misma ha sido entregada de forma selectiva, según denunciaron los campesinos.
“EL HAMBRE NO TIENE COLOR”
La mayoría de los que se beneficiaron con el donativo de los productores del sur no han recibido ese “premio”, afirmó Maradiaga, quien dijo que por eso distribuyen esa pequeña ayuda de forma pareja “porque el hambre no tiene color”.
“Es poca, pero mire en necesidad uno eso recibe, y lo recibe con amor”, dijo Mayra Enríquez, de 42 años, de La Jagua. “Nadie nos ayuda, el alcalde solo le da a unos”, agregó.
Blanca Maldonado García, dice por su parte, que ella acudió ayer muy temprano a esperar frente a la casa de Maradiaga, porque “mire, todos estos días yo he pasado crisis por unos siembros… mis chigüines aguantando hambre… no he molido por la situación pues, sin trabajo”.
Maldonado critica que llevaban tiempo esperando ese alimento y cuando llegó debieron pasar el último día del 2015, “sin nada en la cocina”, mientras les retenían los productos. También lamentó que cuando llega ayuda al sector, es poca “y es contada a la gente que le dan”.
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Maradiaga indicó que esta situación lo mantenía presionado tanto por la Policía como por los campesinos que pedían la comida que estaba almacenada y que la Policía no permitía distribuir.
El alcalde sandinista del municipio de Santa María, Noel Antonio Bustamante, luego de las presiones de los campesinos que reclaman sus alimentos, llegó al lugar donde la Policía mantenía sitiados los 250 quintales de granos, pero este llevó una lista diferente a la que los miembros del Consejo Nacional por la Defensa de la Tierra, Lagos y Soberanía tenía para distribuirlos.