Las exigencias sobre la Selección Nacional de Futbol han aumentado súbitamente. La entrega, sacrificio y compromiso de los jugadores en la cancha encendieron las expectativas sobre ellos e hicieron que se espere más de lo mostrado en el 2015, el inolvidable año del futbol nicaragüense.
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El triunfo sobre Jamaica unió a un país y el empate ante Trinidad y Tobago, por mencionar un partido, impactó lo suficiente como para que la Selección de Honduras de Jorge Luis Pinto llegue a Nicaragua por primera vez en la historia a disputar un partido amistoso, que será está noche (7:00 p.m.) en el Estadio Nacional de Futbol, con casi la mitad del plantel que disputa la cuarta ronda clasificatoria de Concacaf para Rusia 2018.
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No solo los resultados, sino la forma cómo se lograron, volvieron a la Selección atractiva para ser tomada en cuenta como un conjunto competitivo y merecedor de probarse ante las conjuntos más fuertes de la región y esta noche defenderá esa imagen para reiterar que está en un proceso evolutivo y que lo anterior no fue un simple momento que empezó a menguar.
Nicaragua está ante la oportunidad que esperaba para seguir generando halagos. Un buen partido ante Honduras le abrirá muchas puertas que hasta ahora están cerradas. La victoria se ve complicada, pero si sale con personalidad a intentar imponer su estilo de juego —posesión de balón, velocidad por los costados— intensidad hasta el final, con chispazos individuales de Carlos Chavarría, Bryan García o Elvis Pinell, habrá cumplido.
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Honduras no correrá riesgos incensarios. Pinto saldrá con lo mejor trajo para imponer la calidad y experiencia de sus jugadores con un planteamiento agresivo, físico de ser necesario, de velocidad por las bandas con Wilmer Crisanto y Alberth Elis o sorprender con un trazo largo. Es lo que necesita Nicaragua para crecer y mostrarse.
