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Armas Nicaragua

Nicaragua en armas

El uso de armas de fuego tiene varias caras: la de quienes la usan para delinquir y quienes la usan para protegerse, la del mercado legal y la del mercado negro.

Eran las 7:00 de la noche. Don Alberto Rocha, de 44 años, salió a fumarse un cigarrillo en la acera de su casa, en el barrio René Schick. Sonaron balazos de repente. Sin aviso. Don Alberto corrió hacia el porche, entró a la sala y, sin más, cayó al suelo. Estaba acostado y apenas podía moverse. Su mamá y su hija gritaban. Dos balas lo perforaron por la espalda, una de ellas en el pulmón. Intentaba hablar, pero se ahogaba en su propia sangre.

Lo cargaron unos 250 metros para llegar a una pista y buscar un taxi. “Él quería hablar cuando lo llevaban cargado hacia el taxi, pero no podía porque estaba ahogándose en sangre. Seguía vivo, mientras iba en el taxi. A medio camino hacia el hospital, murió”, cuenta su sobrino, Alejandro Rocha.

Tres jóvenes estuvieron involucrados y uno de ellos fue quien le disparó “por confusión”. Dos están presos. Así, fumando un cigarrillo en la acera de su casa don Alberto pasó a ser parte de las cifras de víctimas de armas de fuego en Nicaragua.

EL MERCADO NEGRO

“¿De dónde vienen las armas de la violencia armada urbana? De un mercado negro interno en el que, aparentemente el mercado Oriental es el centro”, asegura Roberto Cajina, experto en temas de Defensa y Seguridad. ¿Y cómo llegan las armas de fuego al mercado negro? Alguien puede comprarla por la vía legal y servir como intermediario de un delincuente o las armas que les roban a los guardas de seguridad, según Cajina, estas son las fuentes generales de abastecimiento de armas en el mercado negro.

Aunque el experto asegura que aunque el punto clave de este mercado ilícito está ubicado en el mercado más grande de Centroamérica, no significa que mientras vaya caminando alguien se le acercará diciéndole: “Aquí tengo una Makarov” o “aquí tengo una Glock”. El mercado es clandestino y solo la gente que está involucrada en la actividad delictiva lo conoce.

En el mercado ilícito de armas no necesita de permisos ni exámenes, ni certificados para comprar. Según publicaciones del periódico Hoy, quienes realizan este tipo de transacciones son “los principales del barrio”, personas influyentes que dominan y están involucradas en la venta de drogas. “Para entrar en ese negocio se debe estar alerta, ser un sabueso y saber a quién se le puede vender o no, porque nunca se sabe quién te puede ‘bombiar’ a la misma Policía”, aseguró al periódico un joven mediador de este tipo de transacciones. “El sistema de compras es fácil, no se necesita ni aval, ni licencia, ni examen psicológico… con el dinero en la mano se habla de negocios y dependiendo del efectivo se hacen los conectes para que modeles tu pistola”, dijo.

“Yo he escuchado de las organizaciones que tratan con jóvenes y que están en contacto constante con ellos que es sumamente fácil conseguir un arma de fuego por la vía ilícita”, dice Elvira Cuadra, directora del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (Ieepp).

No hay una fórmula para calcular cuántas armas ilegales circulan en el país e incluso los estimados son muy poco confiables; sin embargo, Roberto Cajina no cree que haya más armas en el mercado negro que en la vía legal.

“Yo he investigado eso seriamente. He preguntado con instituciones académicas en todo el mundo preguntando si hay una forma para calcular eso y no hay ninguna fórmula matemática y estadística que nos diga eso”, asegura Cuadra.

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ARMÁS LEGALES

Salvador Luna aprendió a disparar antes que a leer. Su papá era un amante de las armas y tenía una especie de polígono en el patio, ahí le enseñó a disparar pistolas y rifles cuando aún no cumplía cinco años.

Esa misma pasión que su papá sembró en él, la ha inculcado a su familia, pues su hijo, Salvador Luna, es ganador de numerosos campeonatos de tiro en Estados Unidos, de quien muestra orgulloso videos y fotografías. Asimismo los muestra de su nieto, de tres años a quien está enseñando a disparar un rifle.

Luna es dueño de la tienda de armas y el polígono de tiro Magnum. Cuando alguien quiere comprar un arma de fuego en su tienda debe llevar el aval de la Policía Nacional para certificar que está debidamente autorizado para hacerlo.

Según cuenta, uno de los principales motivos por los que las personas llegan a su tienda, es para comprar armas para defenderse. Una arma al tobillo y una al hombro le acompañan siempre.

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¿Y AHORA QUIÉN PODRÁ DEFENDERNOS?

Imagine que va por la calle a plena luz del día. No hay nadie más circulando. Una moto con dos hombres se detiene a su lado y uno de ellos se baja, lo encañona y le pide todas sus cosas mientras lo amenaza y aprieta un arma contra su cuello. Por temor, nervios, y desesperación entrega todo. Usted acaba de convertirse en una víctima más de los robos con intimidación.

Si hubiese tenido un arma a la mano ¿habría disparado al sujeto para defenderse? Según Salvador Luna, dueño de la armería y el polígono Magnum, cada día se hace más necesario comprar un arma. Y en su tienda, la mayoría de compradores alegan que van a adquirir el aparato para uso de defensa personal.

“Yo recomendaría andar alerta, andar con mucho cuidado, andar armado, un pito por lo menos o gas. Una población armada es más difícil de asaltar. Es responsabilidad de cada quién no esperar vivir en un mundo feliz y utópico. Saber que uno tiene riesgos de todo tipo”, explica Luna,
No todos piensan como Luna. En realidad, el porcentaje de gente que cree que tener un arma de fuego ayuda a resolver los problemas de seguridad es bajísimo, es menos del 1%, según la Encuesta de percepción de seguridad que el Ieepp realiza todos los años, asegura Elvira Cuadra.

“Realmente y en lo personal yo pienso que mientras menos armas haya en poder de los civiles es mucho mejor porque esa capacidad de protección y de defensa debería estar depositadas en las instituciones del Estado”, manifiesta Cuadra.

Hay estudios realizados en diferentes partes del mundo que demuestran que cuando un civil intenta defenderse con un arma de fuego, a menos que esté especialmente entrenado para eso casi nunca es efectivo, y termina o perdiendo el arma o termina lesionado o muerto. Armas en manos de civiles son muy poca garantía de defensa, asegura Cuadra.

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Para Roberto Cajina lo correcto es que las instituciones correspondientes del Estado velen por la seguridad de los ciudadanos. Pero, ¿qué pasa si eso no sucede? Debe buscar mecanismos para mantenerse y sentirse seguro. “Comenzás por la verjas de la casa, las serpentinas, el perro, la pistola. Y te estás volviendo prisionero de tu propia seguridad, porque el Estado no te la da”, manifiesta.

Si usted porta un arma y en algún momento quiere usarla para defenderse la Ley lo protege, siempre y cuando el disparo haya sido en legítima defensa. En palabras del abogado Álvaro Leiva, “los criterios que a veces utilizan los judiciales o la misma Policía a la hora de instruirle un proceso a un ciudadano que quitó el bien jurídico de la vida a otro ciudadano por defenderse, es que exista la igualdad de condiciones. Es decir, el sujeto que agrede debe traer un arma para ser repelido con un arma”, explica Leiva. El arma debe ser utilizada en función de que verdaderamente es para proteger.

Otro aspecto que debe tomar en cuenta es la legalidad del arma que utilice, debe tener la licencia de portación vigente, de lo contrario estará cometiendo el delito de portación ilegal de armas.

Supongamos que quien está en peligro no es usted. Va caminando por la calle, tiene su arma en su bolso y de repente ve que están asaltando a alguien más con un arma de fuego, pero el asaltante no lo ve a usted. Saca su arma y dispara. En ese caso no puede alegar defensa personal para el uso de su arma. “Defender la vida de alguien más no puede ser tomado como criterio de defensa personal, aunque existen excepciones: que se encuentre dentro de su domicilio y que a su familia y su hogar ingrese un agente externo que violente su bien privado y que ponga en peligro el bien jurídico de la vida a tu círculo familiar”, explica Leiva.
“La defensa personal es el motivo más importante para la venta de las armas. Tener un arma por tenerla no te garantiza seguridad y aún si tenés entrenamiento estás en desventaja porque el delincuente lleva el factor sorpresa”, dice Luna.

Por otra parte, en palabras de Elvira Cuadra “en Nicaragua hay mucha gente, por lo menos tres generaciones, que sabe usar armas de fuego porque vivieron en medio de la guerra. Pero yo creo que una de las grandes riquezas del país es que precisamente esa gente que sabe y que tuvo la posibilidad de tener armas, tiene una vocación de paz y ha decidido voluntariamente guardarlas”.

Francisco Bautista Lara, comisionado en retiro de la Policía Nacional y experto en temas de seguridad no sabe si es porque hubo tantas armas en el país pero la gente quedó hastiada. “Yo no uso armas, no tengo armas y no necesito un arma de fuego para defenderme. Si, fui comisionado (pero) no ando arma, ni aquí, ni en el carro, ni en mi casa”, dice.

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LAS ARMAS DE LOS DELINCUENTES

Las armas involucradas en crímenes son obtenidas en el mercado negro, que se alimenta de intermediarios de la vía legal y la ilegal.

Otro método de conseguir armas es robándoselas a los guardas de seguridad que las portan legalmente.

En el mercado negro el arma dependerá de cuánto dinero dispone para comprarla. Hay disponibles de 1,000, 2,000 y hasta 3,500 córdobas. Más una caja de balas por las que usualmente pagan 300 córdobas más.

La más barata de las armas ilegales son las hechizas fabricadas de manera artesanal. básicamente se componen tubo, un gatillo y un percutor.

Según Roberto Cajina, ha observado imitaciones de Armas Glock de plástico, de juguete, que pueden costar entre 80 y 100 córdobas, que usualmente utilizan los delincuentes para intimidar.

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HERENCIA DE GUERRA

Después de todo conflicto Bélico se da un fenómeno calificado como “los efecto residuales de la guerra” y tiene que ver con las armas de fuego que quedaron dispersas y que no fueron recogidas en su totalidad, además de gente con formación militar y conocimiento de armas y tácticas militares. Esos efectos residuales son “normales”.

“En estos procesos bastante imperfectos de desmovilización, desarme y pacificación quedaron armas en cantidades industriales. Y cuando el Frente pierde las elecciones en los noventa hay una reacción natural del León herido, y la reacción fue armar a cantidad de milicias y de cooperativas en las zonas rurales del país”, cuenta Roberto Cajina. En la ciudad también quedaron, pero eran armas de guerra. Fusiles AK, esencialmente.

Según explica, también quedó gente con capacidad militar, sin trabajo, desempleado, con necesidades no satisfechas y se da el fenómeno de los recontra, los recompas, y después los revueltos, cuando se unieron. Surgió el Frente Norte 380, el Frente Unido Andrés Castro, pero este fue un fenómeno estrictamente rural en Nicaragua.

Por esto, nada tiene que ver con la violencia de armas de fuego en las zonas urbanas, principalmente en Managua. Son dos fenómenos diferentes: la violencia armada rural armada fue una y la violencia armada urbana es otra. No hay una solución de continuidad ente los efectos residuales de la guerra y la violencia urbana. Que de una se desprenda la otra no es posible.

Las armas utilizadas para la violencia y delincuencia urbana provienen del mercado negro. Bautista Lara considera que en la delincuencia común, el uso de armas en nivel de deterioro es alto: no son armas nuevas, son armas usadas, viejas, malas, medio hechizas, quizás muchas no funcionan y solo las usan para intimidar.

El mercado negro, según Cajina, se alimenta de intermediarios entre la vía legal y la ilegal y las armas que roban a los guardas de seguridad.

Después de haber vivido una economía prácticamente centralizada, en los años noventa regresó la propiedad privada al escenario nacional. La propiedad privada adquirió relevancia y había necesidad de protegerla. Y la incapacidad de la Policía en ese entonces (y ahora todavía) de proteger la propiedad privada hizo aparecer un nuevo producto en el mercado: la empresa de seguridad privada. Apareció Servipro, que era de viejos policías o de policías inactivos. Aparece Ultranic de militares retirados o inactivos. Y ellos se convirtieron en proveedores no responsables de armas al mercado negro.

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NICARAGUA Y CENTROAMÉRICA

“Las armas de fuego tienen una incidencia bastante baja en el total de delitos con respecto al resto de Centroamérica”, afirma Elvira Cuadra, del Ieepp.

El nivel más alto de violencia que Nicaragua registró en los últimos 25 años fue a mediados de la década de los 90. Esa situación no se ha vuelto a repetir en el territorio nicaragüense y ocurrió porque había terminado la guerra y había aumentado el nivel de desmovilizados tantos del Ejército como de la contra.

Existían grupos alzados en armas, pequeñas bandas que habían quedado dispersas, asolaron el campo nicaragüense, crearon numerosas emboscadas con propósitos delictivos, políticos etc. Las tasas de homicidio de esa década son las más altas que registra Nicaragua en los últimos 25 años.

“El uso de las armas de fuego en Nicaragua, en delitos, es aproximadamente del 60% , o sea seis de cada 10 hechos usan armas de fuego. Ese dato en Centroamérica es de 9 de cada 10. En Nicaragua se utiliza relativamente menor cantidad de armas de fuego. Es algo interesante y atípico”, explica Bautista Lara.

Comparada al resto de países Centroamericanos, Nicaragua es un país seguro. Don Salvador Luna, dueño de una tienda de armas asegura que muchas veces lo visitan amigos de otros países y le expresan el alto nivel de seguridad que en Nicaragua existe. Afirma que en países como El Salvador, Guatemala y Honduras las cifras de homicidios cometidos con armas de fuego son mucho más altas. “Evidentemente nosotros no tenemos algunas cosas como las maras y el crimen organizado”, afirma Cajina.

Sin embargo, para el experto en temas de seguridad, definir el grado de violencia de un país por un solo indicador que es la cantidad de homicidios por cien mil habitantes es absolutamente falso. “Eso te revela solo un aspecto de la violencia. Pero vos estás más preocupada por lo que te puede pasar en la calle. Por lo que le pasa a la mujer que está en la parada de bus y le cortan con un cuchillo las riendas de la cartera y se la roban. Los delitos comunes que son los que más percibe la población los tenés que poner en un solo paquete y determinar el grado de delictividad de un país”, asegura.

A diferencia de El Salvador, de Honduras y de Guatemala, en donde el uso de armas de fuego y de guerra es mayor en la comisión de homicidio, en Nicaragua a falta de estadísticas policiales confiables y además completas no se puede tener cifras.

“Estamos reduciendo el número de homicidios” esa es la retórica oficial de la Policía y el Gobierno y es que eso sirve para vender a Nicaragua como el país más seguro de Centroamérica”, dice Cajina.

“No ha llegado a Nicaragua una situación extrema de paranoia por inseguridad porque no hay datos objetivos que planteen una inseguridad generalizada. Hay un país de riesgo razonable pero que no obliga al ciudadano a armarse de manera irresponsable”, asegura Francisco Bautista Lara.

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LA TAREA POLICIAL

Para el experto, el problema fundamental aquí es que la Policía no le ha puesto el interés que necesita el mercado ilegal de armas y de municiones, porque un arma vacía no te mata.

“Está bien, y es necesario ponerle control a las armas legales y la Policía lo hace, pero con deficiencia. Pero no he conocido ningún plan de la Policía bien elaborado. Saben que la fuente del mercado negro está en el mercado Oriental y así los dejan. Y algunos pasan cobrando su coima para que sigan operando. No hay un plan específico de la Policía para frenar el mercado de armas”, manifiesta.

Para el control de armas la Policía Nacional puede utilizar la trazabilidad. La trazabilidad es la posibilidad que desde que un arma sale de la fábrica y trae un número de registro, esa arma puede ser rastreada. Es el proceso de reconocer el origen, evolución, uso y destino final de un arma, también de las municiones. Pero se necesita un riguroso control del registro de armas y además, personal capacitado para hacerlo.

Aunque, según Cajina, la Policía tiene deficiencias, Elvira Cuadra asegura que en sus encuestas, los ciudadanos encuentran las soluciones a la violencia en las instituciones correspondientes como la Policía Nacional. El arma de fuego la gente no la ve como una solución efectiva.

“Las armas no matan gente, la gente mata gente. Yo recomendaría andar alerta, andar con mucho cuidado, andar armado, un pito por lo menos o gas. Una población armada es más difícil de asaltar”, Salvador Luna, dueño de un polígono de tiro y una armería.

“La población ha sido prudente. No sé si es porque hubo tantas armas en el país la gente quedó hastiada. Yo no uso armas, no tengo armas y no necesito un arma de fuego para defenderme. Si fui comisionado no ando arma, ni aquí, ni en el carro ni en mi casa”, Francisco Bautista Lara, Comisionado en retiro de la Policía Nacional y experto en temas de seguridad.

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COMENTARIOS

  1. elgavilansegoviano
    Hace 8 años

    ……La ciudania Nicaraguense tienen el Dercho Constitucional de poder de Comprar y portar armas debidamente procesadas bajo la ley, y tambien tienen el derecho Moral de defenderse de Los Rateros. El Problema de Nicaragua, es que La Criminalidad esta Institusionalizada.

  2. Juvenal Mairena
    Hace 8 años

    El articulo es muy interesante; Lamentablemente las armas legales existen por la incapaicdad de nuestras autoridades de darnos una proteccion a cada ciudadano y lo mas importante la falta de Educacion. En algunos paises Europeos no hay necesidad de andar armado, pero ha habido una Educacion sostenida. Yo a lo personal no favoresco el uso de armas legales, pero lo considero como algo necesario para ¨proteccion¨ y defensa personal unica y exclusivamente.La igualdad que se busca en la Legitima defensa yo lo veo en la ¨la necesidad”racional del medio empleado y el peligro que corria el bien juridico a defender (la vida).

    1. Drew Honnoll
      Hace 8 años

      No es lamentable q las armas de fuego legales existen. Serian mas lamentable si no existiera de forma legal y que de esa forma aumentara mas la violencia. Los rateros no se des arman. Se arman con mas facilidad entre el mas restringido es el arma de fuego en las manos de los ciudadanos donde primeramente y antes que el gobierno pertenecen.

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