Aunque el régimen simplificado de las Bolsas Agropecuarias “ha tenido un relativo éxito” en la captación de recursos tributarios y por ende en la formalización de los productores en lo referido al pago de impuestos, necesita ser perfeccionado, ya que actualmente contribuye a la inequidad del sistema tributario nicaragüense. Esta es una de las conclusiones del estudio Regímenes Tributarios Simplificados: El Caso de las Bolsas Agropecuarias, realizado por el Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (Ieepp).
El documento atribuye dicha “inequidad” a que los beneficiarios de las exenciones tributarias y el reducido gravamen del Impuesto Sobre la Renta (IR) trata por igual a todos los productores que hacen uso del mecanismo, indistintamente de su capacidad contributiva.
Según Leonardo Labarca, investigador principal del estudio, los usuarios del mecanismo “realmente ahorran bastante dinero” en el pago de los impuestos y este les facilita el trámite del pago, “pero realmente el debate está en que si este ahorro se produce para el pequeño, para el mediano o para el gran productor”.
El estudio concluye que actualmente son los grandes productores los que más se benefician de este régimen simplificado, por lo que recomienda a las autoridades realizar algunas reformas, entre ellas una revisión a la baja del monto límite de transacciones anuales fijado en cuarenta millones de córdobas. También ejercer un control más efectivo sobre este régimen “para identificar y separar a los productores por sus niveles de ingresos”.
Sin embargo, Ruth Huete de la Bolsa Agropecuaria de Nicaragua (Bagsa), asegura que desde el momento en que se transa el productor recibe el beneficio y negó que sean los grandes productores los que más se beneficien del mecanismo.
“En el 2013, que fue cuando entró en vigencia la Ley de Concertación Tributaria (que estableció el monto de ventas en cuarenta millones de córdobas anuales), apenas 34 productores y empresas realizaron transacciones superiores a los cuarenta millones de córdobas entre un universo de 13,985, o sea que no es ni el uno por ciento del total de los que se beneficia. En el 2014 ese número subió a 45 de un universo de catorce mil productores”, detalló Huete.
Por su parte José Ramón Tinoco, gerente general de la Bolsa Nacional Agropecuaria S.A. (Bolnasa), coincidió en que no son los grandes productores los más beneficiados, ya que la Ley de Concertación Tributaria también contempla un mecanismo para evitar que los grandes productores se acojan a este beneficio.
“Pienso que la DGI (Dirección General de Ingresos) lo está haciendo, está dando un seguimiento a este tema y nosotros también lo hacemos”, afirmó Tinoco.
En lo que sí coinciden Huete y Tinoco con el estudio realizado por el Ieepp es que se deben realizar campañas masivas para divulgar los beneficios que otorga este régimen simplificado, sobre todo entre los pequeños y mediano productores de las zonas más alejadas del país, ya que ellos son los que más carecen de información tributaria.
Bolsas Agropecuarias
Las Bolsas Agropecuarias son empresas o sociedades que funcionan en Nicaragua desde 1993. Ahí productores, acopiadores, cooperativas asociaciones de productores, empresas agroindustriales y exportadores transan productos de origen agropecuario.
Dichas transacciones al no superar los cuarenta millones de córdobas anuales se les aplica una retención definitiva del IR de entre el 1 y el 2 por ciento, dependiendo del producto.