Cuando Román “Chocolatito” González debutó en el 2005 en el profesionalismo, lo hizo por una razón que mueve a todos los boxeadores del país: la pobreza. Era el tiempo de buscar una remuneración, el muchacho no se podía mantener con la canasta básica que ganaba por cada pelea en el amateurismo, así que obvió el sueño de ser campeón olímpico y se enfocó en convertirse en campeón del mundo.
Actualmente está en la mesa de las discusiones la probabilidad de que se permita competir a los pugilistas profesionales en los próximos Juegos Olímpicos Río 2016. Ya el presidente de la Asociación Internacional de Boxeo Aficionado (AIBA), Ching Kuo Wu, reveló que el organismo esperará por la decisión de su comité ejecutivo en mayo para permitir la participación de peleadores profesionales de una vez por todas.
“Es una política del Comité Olímpico Internacional tener a los mejores atletas en los Juegos y de las Federaciones Internacionales, la AIBA es probablemente la única que no tiene atletas profesionales en los Olímpicos”, indicó Wu.
Mientras, el nicaragüense considera que si se abren las puertas estaría dispuesto a tratar de conseguir una presea que es imposible para el deporte nicaragüense, siendo Román hasta el momento el único que tendría esperanzas de adquirirla.
“No hay duda, sería algo que no tendría precedentes en la historia de Nicaragua y eso para mí es lo máximo, me pondría muy feliz. Aunque sé que sería un sacrificio económico estaría dispuesto a tomar el reto. Lo vería como una bendición para seguir dándole gloria a mi familia, a mi pueblo y a mi país”, aseguró el peleador nacido en La Esperanza, quien en el amateurismo solamente tuvo una derrota ante Saúl Baca, la cual está catalogada como un fallo errado según varios testigos de aquel combate.
ORGANISMOS RIPOSTAN
Tanto la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) como el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) han sido muy directos y claros con las intenciones de llevar el profesionalismo a los Juegos Olímpicos, al considerar que es “un atentado, algo muy grave para el boxeo”.
“Hay un espacio grave de desconocimiento, sería abismal ver a un profesional competir en un certamen contra un jovencito que nunca ha peleado a ese nivel por edad, por muchos factores. El boxeo profesional es diferente al boxeo amateur y este lamentablemente ha decaído a los peores niveles”, explicó el presidente del CMB, José Sulaimán, además agregó: “El campeón del CMB es el número uno del mundo y sería un acto criminal enfrentar a niños sin la preparación física y mental para estar en el ring con un señor campeón”.
Hasta el momento el panorama luce sombrío, sin embargo para un país como Nicaragua el anhelo de una medalla podría ser cumplido solo por Román.