La agroindustria tabacalera, principal motor de la economía de Estelí —al norte de Nicaragua— continúa trabajando para consolidar la calidad de los puros que envía al mercado internacional.
Con una inversión de 1.5 millones de dólares My Father Cigars amplió sus instalaciones para la fermentación del tabaco. “Con esta inversión se completa la segunda planta industrial de este grupo… que tiene como objetivo principal la producción y el acopio del tabaco para someterlo a una industrialización especializada para exportarlo en rama o en hoja”, detalló María Hernández de García, copropietaria de la empresa.
La empresa que opera desde el 2006 en el país, también produce anualmente unos doce millones de puros que exporta a Estados Unidos y otros veinticinco países y genera unos 2,700 empleos directos, dijo Jaime García, copropietario de la empresa.
Por su parte A. J. Fernández —que opera en Estelí desde 2003 y desde el 2009 bajo el régimen de zona franca— sumó este año a sus inversiones cuatrocientos mil dólares en la siembra de treinta manzanas de una variedad especial de tabaco que utilizará como cubierta final de los puros.
Por las actuales condiciones del clima y los cuidados que requieren estas hojas, conocidas como capas, se producirán bajo techo. “Ese tabaco (se usará) aproximadamente entre 2018 y 2019 porque nosotros le damos cierto tiempo en el envejecimiento y añejamiento para que los puros tengan la calidad que se requiere”, explicó Abdel Fernández, propietario de la empresa.
Con los mil quintales de hojas que se obtendrán, de esta primera siembra, se podrá cubrir unos diez millones de puros. El plan es exportarlos bajo una nueva marca que será ciento por ciento nicaragüense, ya que actualmente estas capas se importan de Ecuador y República Dominicana.
La meta de la empresa es incrementar la producción de este tipo de hoja en los próximos años, para ofrecerlas a otras empresas locales y en su momento exportarlas, detalló Ismael Fernández, fundador de la empresa, que produce diariamente unos cincuenta y cinco mil puros y genera 1,218 empleos en el proceso industrial y unos mil en la actividad agrícola.
Para Álvaro Baltodano, ministro-delegado presidencial para la promoción de las inversiones y presidente de la Comisión Nacional de Zonas Francas, estas nuevas inversiones permiten al sector tabacalero dar un salto en la producción, ya que permitirá continuar reduciendo las importaciones de capas para los puros y también elevar las exportaciones de tabaco.
EL GRAN EMPLEADOR
Las labores agrícolas de la producción de tabaco generan quince mil empleos en Estelí y la parte preindustrial e industrial de la producción de puros otros dieciséis mil, detalló el viceministro del trabajo Enrique Espinoza.
Estas plazas son generadas por las 42 empresas tabacaleras que funcionan en esa ciudad. 25 de ellas funcionan bajo el régimen de zona franca y los trabajadores perciben, según Espinoza, un salario que con incentivos oscila entre los seis y siete mil córdobas mensuales.
