En los últimos albores de nuestras sociedades, paulatinamente hemos percibido cómo nosotras, las mujeres, hemos logrado y nos han restituido ciertos derechos, que solo por ser mujeres, fueron siempre usurpados. Hoy por hoy somos mujeres de ayer, hoy y siempre, luchadoras, soñadoras, creadoras, artistas, madres, esposas, trabajadoras, campesinas, obreras, profesionales, en fin toda la esencia de ser mujer.
Finalmente estamos en el siglo XXI, en el pasar del tiempo nos hemos posicionado exitosamente tanto en el campo social, como en el político, encontrando grandes líderes como: Madre Teresa, Golda Meir, la doctora Mística, Rosa Parks, y aquí mismo en nuestra Nicaragua encontramos la valentía y tesón de Rafaela Herrera. Mujeres en la palestra política son muchas las que han y siguen aportando a que nuestro mundo sea mucho mejor.
Todas estas mujeres y muchas más han sobresalido con mérito extraordinario, pasión, servicio, y lucha ciudadana. Según estadísticas actuales tenemos todavía mucho por recorrer para seguir alcanzando nuestros ideales. Al fin y al cabo nuestros sueños son los de todas. Al contribuir fehacientemente con nobles causas en nuestras sociedades, lo estamos haciendo también en nombre de miles de mujeres, que han sido olvidadas y mancilladas en su diario vivir. Sería como una cadena de energía y luz, que contagiaría poco a poco, como el talismán del éxito, a diferentes comunidades de nuestro enigmático Globo terráqueo.
Un punto que no podemos dejar de mencionar es el abuso, maltrato físico y mental en el que a cada segundo, son expuestas miles de mujeres, siendo muchas de ellas aún niñas. Se han establecido leyes y organizaciones en pro de los derechos de las mujeres, que establecen capacitaciones y charlas, donde se les enseña que no se deben dejar ultrajar por nadie, ni nada. Según estudios y encuestas la mayoría de estas mujeres tienen ataduras psicológicas y económicas, las cuales promueven relaciones insanas y destructivas, conduciéndolas muchas veces a la muerte.
No más… amigas mujeres lo que no sirve, se termina, y se desecha, tú puedes delinear tu vida en un gran lienzo de colores, en un nuevo amanecer.
Otra terrible dolencia socioeconómica es la trata de mujeres, el cual desafortunadamente cada vez se intensifica más y más en muchas regiones. Donde muchas mujeres, quienes supuestamente buscan por una mejor calidad de vida económica y social, son sometidas a mentiras inclementes, dureza del alma, que no acaban jamás. Son secuestradas y maltratadas física y emocionalmente para ser prostituidas. El cautiverio del tráfico humano o trato de blanca es vil e inhumano, estas mujeres viven en feudos de campos de concentración… donde su existencia e identidad es aniquilada por estas mafias y malandrines.
Caótico y frustrante que en este mismo siglo XXI, donde nosotras las mujeres cada vez estamos alcanzando logros como nunca antes, se encuentre esta plaga de dolor…
Mujeres mucho cuidado con ofrecimientos de trabajo en el extranjero de dudosa procedencia, hay que afinar la suspicacia y la sabiduría. Esta situación amerita una pronta y exhaustiva investigación en conjunto con entidades públicas y privadas, para encontrar, castigar y exterminar la proliferación de tan nocivas y lacerantes prácticas.
Cómo olvidar en este año la importancia de ejercer nuestro derecho al voto, una fiesta ineludible, la cual debe ser ejercida con civismo y responsabilidad, recordemos que somos una irrefutable fuerza, representamos más del 50 por ciento.
Para finalizar es preciso mencionar y estar atentas a nuestras madres y abuelitas, que han dado todo, y muchas veces son olvidadas sin amor y cuido. Agregando que muchas tienen una contribución económica mínima por parte de su familia, y la falta de centros especiales donde se les brinde el cuidado merecido. Todo esto agrava la calidad de vida en la transición de sus años… “The Silver years”.
No debemos de olvidarnos, que nosotros las mujeres tenemos una fortaleza interior única, donde muchas veces nuestras acciones han sido desapercibidas. Pero si nosotras encontrásemos esta fuerza y la valorásemos, emanaría energía desde nuestra alma y corazón, y nadie nos podría subestimar más. Todo lo contrario seríamos una fuente viva de amor y bondad, que enlazadas con la sabiduría, enaltecerían el diario vivir de tantas mujeres.
Oh canto de vida y esperanza,/ aleluya Forza de Mujeres,/ el futuro ya es tuyo,/ está ya en tu vivir …/
La autora es escritora y consultora.