Los ambientadores o sprays para el cuerpo contienen altos niveles de limoneno (sustancia natural que se extrae de los cítricos y les da el olor característico) y cuando se rocían en la casa se mezclan con el aire y se convierten en formaldehído, una molécula que es clasificada como cancerígena, según una investigación reciente del Centro Nacional de Ciencia Atmosférica en la Universidad de York, publicada en un artículo de la BBC.
Asimismo los expertos aseguran que esta molécula puede producirse por estufas de gas, al quemar cigarrillos, incluso, algunos muebles del hogar la contienen.