“El arte del mosaico es una técnica que se está recuperando en Italia y en el mundo, y se está aplicando con éxito en la artesanía artística y en edificios”, valoró el diseñador y muralista Giancarlo Splendiani, al concluir el segundo taller de mosaicos en Niquinohomo.
Recordó que hace cinco años impartió talleres a artesanos en Matagalpa, Masaya y Niquinohomo, y que para lograrlo contó con la asistencia de su colega Sergio Michilini, el escultor Josué Sandino y la artesana Katia Cross Rivera.
“Vincular el arte del mosaico a la artesanía nativa ha sido una oportunidad para la creación artística vista de una cosmovisión del mestizaje”, destacó Splendiani, agregando que es la clave de su búsqueda en las artes contemporáneas.
ESCUELA DE MOSAICOS
Sus primeros talleres impartidos en el país fueron sobre la técnica de mosaico aplicado a la artesanía artística tradicional, y su reciente mosaico de azulejos y mármol blanco aplicado a la arquitectura.
Las clases contemplaron el uso de la cerámica, madera, metales y marmolina y la aplicación creativa del mosaico, dejando logros en estas fases en su apreciación visual.
Estos cursos que continuarán para septiembre al aliarse con la Academia de Bellas Artes de Mosaicos de Ravenna en Italia, quien enviará en septiembre al maestro Daniele Strada.
CON LAS NUEVAS GENERACIONES
Giancarlo Splendiani reveló que de sus talleres ha logrado realizar algunas exposiciones de mosaicos con objetos utilitarios y decorativos; la más relevante la del Salón Latinoamericano del Palacio Nacional de la Cultura, en 2014.
A estos talleres de mosaicos utilitarios se han sumado, además de Sergio Michilini, los maestros nicaragüenses Leonel Cerrato y Ricardo Gómez. Y han sido recibidos por los jóvenes artesanos, Paul Pavón Guerrero, Ingrid Ruiz Pérez y Jonatán Espinosa Pérez.
También por Fátima Montiel, Álvaro Blas, Nancy Carballo, entre otros, los que han exhibido jícaras intervenidas con mosaicos, mesas, espejos, candelabros, jarras y fuentes, señala Splendiani.
Su objetivo es que esta nueva generación de artesanos se apropie de las técnicas del mosaico y trabajen nuevas formas de artesanía artística no-tradicional, asimilen sus experiencias de maestro para nuevas aplicaciones en la arquitectura. Este, dice,es su aporte a las artes en Nicaragua, que es como su segunda patria.
PARQUE EN BASE MILITAR
Pero sostiene que su mayor proyecto lo realizó en 1987 en una base del Ejército de Nicaragua en Juigalpa. Ahí dirigió y trabajó en la realización de un parque con visión artística y de esparcimiento.
“Yo era pintor e hice de escultor y diseñador de este espacio recreativo; lo dibujé, decoré y pensé en los tipos de bancas, los pisos; hice dos esculturas y trabajé mosaicos. Y lo hice porque en este entonces todos estábamos como medio locos”, agrega.
Luego reflexiona: “Por eso digo que el arte es intentar mejorar un poquito la condición de nuestra vida en el mundo. Es hacer algo que el ojo cuando lo mira recibe un impacto positivo del entorno físico, entonces se vuelve algo espiritual”.
Ha trabajado por más de 30 años en Italia, en arte y diseño en el Instituto Estatal de Arte, en Sassari, Mantova, Macerata y Fermo. Splendiani, está casado con Carolina López, una exestudiante de Diseño de la Universidad Politécnica, con la cual tiene dos hijos.
NICARAGUA COMO SU SEGUNDA PATRIA
Recordó que en 1982 llegó por primera vez a Nicaragua, y participó junto a Sergio Michilini y Maurizio Governatori en un mural sobre la historia de Nicaragua, realizado en la iglesia Santa María de los Ángeles en el barrio Riguero, de Managua.
De 1982 a 986 dio clases en la Escuela Nacional de Arte Público-Monumental David Alfaro Siqueiros (Enapum-DAS), situada entonces en el antiguo Retiro en Managua.
En 2001 trabajó el mural Intercambio y cooperación entre los pueblos, su contenido es una reflexión sobre la destrucción de las Torres Gemelas, en Nueva York. Esta pieza de arte público se encuentra en el Palacio Nacional de Cultura.