A diez días de la muerte de María Angélica Chamorro, la Policía Nacional se limitó a asegurar que continúan las investigaciones. Mientras trascendió la detención durante tres días en El Chipote, del viudo, el mexicano-guatemalteco Erick Arvizú Lara, por cuya seguridad teme su familia, denunció a LA PRENSA vía telefónica desde Guatemala, Juan Carlos Arvizú Lara.
Según Arvizú, su hermano Erick se encontraba en Guatemala cuando fue avisado desde Nicaragua de la muerte de su esposa, cuyo cuerpo fue encontrado sin vida en su casa, en Altamira D’Este. Esa misma noche del 23 de marzo viajó a Nicaragua.
Según dijo su hermano, al llegar Erick Arvizú al aeropuerto era esperado por agentes de la Policía Nacional quienes lo despojaron del teléfono celular.
Desde ese momento el hombre fue conducido a distintas instalaciones policiales, donde fue entrevistado constantemente, según conoció su hermano.
“Dice que siempre hay policías muy diplomáticos, amables, otros abusivos que incluso lo amenazan de muerte, le dicen que le van a meter cargo de narcotráfico, de violación, que le van a buscar cualquier caso por ser mexicano que son una raza de narcotraficantes y asesinos”, confió Juan Carlos.
El pasado domingo 27 de marzo agentes de la Policía sacaron a Erick del hotel donde se alojaba y se lo llevaron detenido. La tarde del miércoles 30 de marzo fue liberado, después de que a su favor introdujeran un recurso de exhibición personal y solicitaran la intervención de la Cancillería guatemalteca tras considerarlo desaparecido.
LA PRENSA consultó con la vocera de la Policía Nacional, comisionada mayor Vilma Rosa González, quien se limitó a referir que conoce que continúan las investigaciones sobre la muerte de Chamorro, pero sobre la detención de Arvizú prometió indagar.
Durante el tiempo que Erick Arvizú estuvo detenido, amigos de la familia y abogados en Managua indagaron en la Policía, pero nunca les confirmaron su arresto. Ante la incertidumbre —relató Arvizú— se comunicó con el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) en busca de apoyo legal.
El director jurídico del Cenidh, Gonzalo Carrión, confirmó que el hermano de Arvizú se comunicó desde Guatemala, con el Cenidh y transmitió la inquietud por el desconocimiento del paradero de este.
Carrión manifestó que el apoyo consistió en explicarle a Arvizú que de acuerdo a la Constitución y las leyes en el caso de una persona detenida, debería ser puesta ante un juez competente a más tardar en 48 horas.
Arvizú sostuvo que el jueves 30 de marzo, su hermano se comunicó con él desde el Consulado de México, en Managua. Funcionarias del Consulado de México no precisaron a LA PRENSA si Erick Arvizú se encontraba en esa sede.
Juan Carlos Arvizú refirió que escuchó a su hermano, “con voz temblorosa” decirle que “la Policía lo torturó, que la Policía quiere fabricar pruebas y estaba obligándolo a él para que colaborara para fabricar las pruebas, está angustiado”.
Dijo que teme por la seguridad de su hermano, pues este le comentó que “las líneas (están) controladas, que hay gente que constantemente lo está siguiendo, él me dice que tiene mucho miedo de lo que puedan hacer allá (Nicaragua)”.
“Yo lo único que veo es que debe haber alguien con mucha influencia política que esté detrás de esto para que hayan querido fabricar(le) pruebas a través de su detención en El Chipote a Erick por tres días. Yo creo que hay alguien muy poderoso detrás de esto que quiere buscar un culpable a como dé lugar”, expresó Arvizú.
Momentos antes de conversar con Erick, Juan Carlos había conocido de parte del Consulado de Guatemala que su hermano “está arraigado” en Nicaragua, “porque está sujeto a investigación”.
LA PRENSA consultó a la oficina de la cónsul de Guatemala, en Managua, Claudia Samayoa, pero una funcionaria de esa sede transmitió que la cónsul no estaba autorizada para referirse a ese caso, que únicamente podía hacerlo el embajador. Sin embargo, Cony Espinoza, secretaria del diplomático, explicó que este no se encontraba en la embajada y tramitarían la inquietud.
NO CREEN EN SUICIDIO
La familia de la fallecida ha preferido esperar lo que diga la Policía Nacional. William Chamorro, hermano de la fallecida, refirió el miércoles que prefieren esperar a que terminen las investigaciones, para evitar especulaciones. No obstante, comentó que aún no conocen el dictamen del Instituto de Medicina Legal (IML) y que la familia en general “rechazamos esa idea del suicidio, no lo podemos creer”.
Carrión manifestó que el Estado debe actuar con responsabilidad en el esclarecimiento de la muerte de la joven Chamorro.
Agregó que existe la responsabilidad del Estado de hacer una investigación objetiva y creíble y criticó que a tan pocas horas de transcurrida la muerte el subdirector de la Policía, comisionado general Francisco Díaz, haya afirmado que las investigaciones apuntaban a que en el caso no hubo mano criminal, sino que indicaba que hubo suicidio.
Carrión recordó que muchas veces la Policía alega que no puede dar detalles de un caso, para no entorpecer las investigaciones.
PORTÓN SIN CANDADO Y PUERTA PRINCIPAL ABIERTA
Uno de los tres socorristas de la Cruz Roja Nicaragüense que acudió a la casa de Altamira D’este, en virtud de la solicitud de emergencia, confió que la asistente del hogar dijo que cuando llegó al lugar el candado del portón estaba sin llave y la puerta principal de la casa semiabierta.
Además, indicó que en la sala de la casa, donde estaba el cuerpo sin vida tirado en el suelo, todo estaba en orden. El 30 de marzo, los tres socorristas fueron citados a declarar a las instalaciones de El Chipote.