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LA PRENSA/EFE

El premio nobel de literatura Imre Kertész deja un relato sobre sus últimos días

El testamento de Imre Kertész, La última posada (Acantilado), gira en torno a la vida y vejez del nobel de Literatura húngaro recién fallecido.

El testamento de Imre Kertész, La última posada (Acantilado), gira en torno a la vida y vejez del nobel de Literatura húngaro recién fallecido.

Se trata de la crónica de su “antesala de la muerte”, acuñada con la verdad desnuda y con la escritura como justificación de su existencia.

“Es el libro de su vejez. Su intención era escribir una obra sobre la senectud, una novela inspirada en los cuadros postreros de William Turner o en los últimos cuartetos de Beethoven”, escribe el traductor de su obra al español, Adan Kovacsics, en un comunicado sobre este obra que se publicará en español el 6 de abril.

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DUDAS Y FRACASOS

“Relata ese intento, el esfuerzo -continúa Kovacsics-, las dudas y también el fracaso. Se lo impidió, entre otras cosas, la enfermedad, que fue creciendo: el párkinson que se le diagnosticó hace más de quince años”.

“Resulta imposible plasmar en pocas palabras todo el significado de la obra de este autor, uno de los más grandes de las letras húngaras del siglo XX y del actual.

Como también es imposible describir en pocas líneas lo que ha significado como persona, como escritor y pensador, para su traductor al español”, cuenta Kovacsics, premio de traducción Imre Kertész en 2007.

ENFRENTÓ EL PARKINSON

Además, reconoce que los últimos años del premio nobel fueron de enorme dificultad: “La enfermedad de Parkinson había hecho mella en su cuerpo, en su mente, en su alma, aunque se aferraba a la vida y a lo que había sido el contenido esencial de su vida, la literatura. En enero todavía estaba trabajando con su colaborador Zoltán Hafner en la recopilación de sus apuntes de los años noventa”.

Para Kovacsics, la obra de Kertész es esencial para comprender al ser humano: “Cuando se publicó Sin destino en 1975, la novela pasó inadvertida por la radicalidad de su visión, porque se alejaba de las grandes palabras y describía la expropiación del destino propio del individuo, su conversión en destino de masas, por el despojamiento de la sustancia más humana del hombre en los campos de exterminio en particular y dentro del totalitarismo en general”.

“Nuestra época, la del ser humano funcional y sustituible, la de la sociedad de masas y del Estado moderno, lleva implícita la posibilidad del totalitarismo y, por tanto, de Auschwitz. Y aquí se encuentra otro de los puntos que hacen de la obra de Kertész algo singular: la consideración del significado del Holocausto como mito universal y como cultura”, concluye el traductor.

La última posada, es el último testimonio íntimo de este superviviente de Auschwitz y Buchenwald, unos diarios que comenzó a escribir en 2001 y duran hasta 2009, un trabajo que él mismo consideraba como “la culminación de su obra”.

En él, Kertész escribe sobre el curso de su vida, el sufrimiento, el Holocausto, la depresión, el Nobel, el azar y el ocaso. “Escribo sobre Auschwitz, y a mí no me llevaron allí para que me dieran el premio Nobel sino para matarme. Todo cuanto me ha ocurrido más allá de eso es mera anécdota”, advertía el escritor.

ADMIRANDO A MADRID

Pero también toca otros muchos asuntos como la cultura, la novela, a escritores como Franz Kafka, Thomas Mann, Paul Celan, W.G. Sebald o Jean Améry, entre otros muchos, sobre la música y el resurgir de lo nacionalismos.

Y de España, de sus viajes a Madrid o Barcelona. “El primer día en Madrid, esa ciudad construida con elegancia y grandeza, cuya pompa imperial contrasta tan agradablemente con la pompa mezquina de las ciudades imperiales de la Europa central y del este. Madrid quizá sólo pueda compararse con Petersburgo…”, escribe.

LOS ROSTROS DE KERTÉSZ

De Barcelona añade: “No fue aburrida la visita a la ciudad, los maravillosos edificios de Gaudí y Vallcorba (el editor fallecido de Acantilado)”.

“La angustia es tanto más fuerte cuanto más se quiere con pasión la vida: las dos cosas se inspiran y se alimentan”, dijo un Kertész de rostro cándido y sonrisa conciliadora, en la multitudinaria rueda de prensa que dio en Madrid, en 2004, para presentar su libro “Liquidación”

También Kertész ayudó a preparar una selección de sus diarios escritos entre 1991 y 2001 que fue publicada este mes en Hungría.

Una versión cinematográfica de “Sin destino” dirigida por Lajos Koltai para la que Kertész escribió e guion se estrenó en Hungría en 2005. Le sobrevive su segunda esposa, Magda

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