Representantes del sector productivo recibieron con mucho agrado la iniciativa de Ley de Fomento a la Producción de Granos Básicos, que la semana pasada el ejecutivo envió a la Asamblea Nacional.
Además, consideran que el beneficio que provocará en el sector productivo será mayor a cualquier impacto que pueda producir que el Estado asuma parte de la tasa de los créditos que se otorgarán para fomentar la producción de granos básicos (frijol, maíz, arroz, sorgo) y ajonjolí.
Sin embargo, en el sector de microfinanzas hay algunas dudas sobre la efectividad de la ley. La iniciativa de Ley de Fomento a la Producción de Granos Básicos y Ajonjolí establece una tasa de fomento de 2.5 por ciento —que el Estado asumirá a través de Crédito Tributario— y que será aplicada a la tasa que la entidad financiadora establezca al crédito que otorgue al pequeño productor.
Esta tasa tendrá que ser igual o menor a la Tasa de Interés Referencial Máxima que establecerán las autoridades.
Quien quiera ser beneficiario de dicha tasa de fomento debe demostrar que es dueño de un máximo de veinte manzanas de tierra y que dedica hasta cinco manzanas a la producción de granos básicos.
HABRÁ REGISTRO NACIONAL
También tiene que inscribirse en el registro de pequeños y medianos productores de granos básicos y ajonjolí que levantará el Ministerio de Economía Familiar Comunitaria, Cooperativa y Asociativa (Mefcca), institución que además emitirá constancias de dicho registro que serán presentadas como requisito para tener acceso al financiamiento.
La iniciativa de ley también establece que aunque el beneficiario posea hasta veinte manzanas de tierra, la tasa de fomento del 2.5 por ciento solo se aplicará para financiar cinco manzanas ya sea de uno o de varios cultivos. Y que se podrá optar al beneficio únicamente durante cinco ciclo de cosechas.
Los montos de financiamiento serán establecidos cada año con base en los costos de producción. Para el 2016 la iniciativa contempla: cuatrocientos dólares por manzana para frijol, sorgo y ajonjolí. Quinientos dólares por manzana para el maíz y ochocientos dólares para cada manzana de arroz.
La iniciativa gubernamental nombra al Mefcca como la entidad aplicadora de la ley y le atribuye entre otras funciones coadyuvar políticas de fomento a la producción de granos básicos y ajonjolí, garantizar que estos cultivos se establezcan en áreas adecuadas y fomentar el consumo de estos productos y potenciar las capacidades de los productores a garantizarles la asistencia técnica.
Para el presidente de la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos de Nicaragua (UNAG), Álvaro Fiallos, la ley es “muy buena” porque incentivará la siembra de granos básicos y facilitará lo que nunca han tenido los pequeños productores que es “el crédito”.
ACLARAR LO REFERIDO A LAS GARANTÍAS
Por su parte el presidente de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic), Michael Healy, aseguró que “todo lo que venga en pro de mejorar la productividad, especialmente de los pequeños productores, es positivo… y es necesario darle acceso a financiamiento y tecnología para que sean más productivos y competitivos”.
No obstante, la UNAG aclara que aprovechará el proceso de consulta de dicha ley que deberán realizar los diputados de la Asamblea Nacional para solicitar que se esclarezca en la ley lo referido a las garantías que solicitarían las entidades financiadoras para otorgar los créditos, ya que la iniciativa presentada por el Gobierno no contempla nada sobre el tema y para garantizar la efectividad de la ley es necesario aclarar este tema.
Pese a que la iniciativa de ley dice que beneficiará al pequeño productor únicamente por cinco ciclos, Fiallos considera que aunque sea por un tiempo corto “mientras se arreglan las cosas cualquier tiempo es bueno”.
Además, espera que si el proyecto tiene el éxito esperado en el futuro dicho plazo sea ampliado.
Fiallos y Healy coinciden en que el beneficio que provocará esta ley será mayor que el posible impacto que provocará en la recaudación que el Estado asuma la tasa de fomento a través de la recaudación.
“Al tener mayor producción habrá más impuestos y al tener más impuestos se podrá recuperar cualquier subsidio que se pueda dar, porque la idea es buscar mayor volumen porque al tener mayor volumen se van a tener mayores fuentes de trabajo y más dinamismo en la economía y eso va a beneficiar a todos”, aseguró Healy.
Fijar tasa iría contra lo establecido
Aunque el gerente general de la Financiera Fundeser, René Romero, aclara que desconoce los detalles de la iniciativa de ley, considera que fijar una Tasa de Interés Referencial Máxima iría en contra de las normas establecidas por la Comisión Nacional de Microfinanzas (Conami) y la Superintendencia de Bancos y Otras Instituciones Financieras (Siboif).
“Y como esto es voluntario, si le conviene a la institución la tasa que fijen accederá y si no le conviene, no”, afirma Romero.
No bastan los fondos
No basta con proporcionar financiamiento ya que de no aplicarse una tecnología desarrollada para las condiciones que en cada zona requiere el cultivo, de nada sirve el financiamiento, asegura René Romero, gerente general de Financiera Fundeser —la que en 2015 cerró con una cartera 26 por ciento agrícola—. Según Romero en el desarrollo de esta tecnología debe jugar un papel importante el análisis de los suelos y cómo se va a fertilizar, pero también la calidad del material genético que se va a utilizar, no bastarán el financiamiento y la asistencia técnica convencional. “Hay que ir mucho más allá, generando una tecnología para producir con mayor productividad. El financiamiento en solo un elemento nada más”, sostiene. “Ojalá que el Mefcca estuviera desarrollando tecnología alternativa que se pueda transferir a los productores a través de asistencia técnica ordenada, porque solo así el financiamiento será viable, porque la productividad de granos básicos en Nicaragua no es rentable”, señaló.