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Monseñor Jorge Solórzano: “No me puedo quedar callado”

El obispo de Granada, Jorge Solórzano, habló con DOMINGO sobre la historia y las razones que lo llevaron a publicar la Carta Pastoral que ha sido noticia esta semana.

No es un acto de rebeldía, aclara de entrada monseñor Jorge Solórzano, quien esta semana sorprendió a la opinión pública con una carta desde su Diócesis en Granada, donde fustiga al Gobierno, a la oposición y a “las mafias”. La carta de monseñor Solórzano se publicó pocos días después que se supiera que la Conferencia Episcopal —el órgano de poder más alto de la Iglesia católica en Nicaragua que reúne a todos los obispos y de la que monseñor Solórzano es su secretario—, no publicaría su tradicional Carta Pastoral en la Cuaresma “por falta de consenso”.

“Hay consenso, hay unidad, no hay división”, insiste el obispo Solórzano en esta entrevista y atribuye la no publicación a un “problema de metodología”.

¿Qué lleva a monseñor Jorge Solórzano a publicar una carta pastoral desde su Diócesis?

No es la primera que publico. Publiqué la primera sobre la Eucaristía en los años de preparación al centenario de la Diócesis, la segunda fue con motivo del centenario, en 2013, y esta es la tercera. Esta nace porque cumplo seis años como obispo de la Diócesis. Este año se termina un primer plan y vamos a comenzar otro plan. Es un análisis de todo lo que se ha avanzado en la Diócesis.

Esta carta ha sido leída, sin embargo, como un mensaje con profundo contenido político.

Pero si se mira en las letras se verá que no. La realidad política son dos párrafos y la carta pastoral tiene 28 páginas. Yo se las presenté a mis sacerdotes el 29 de marzo y les dije: “Van a ver que en los periódicos van a salir solo estos dos párrafos, lo político y económico”. Y en efecto.

Lea también: Monseñor Báez respalda Carta Pastoral del Obispo de Granada

¿No se puede interpretar esta carta suya como un acto de rebeldía en la Conferencia Episcopal, dado que había una carta pastoral en elaboración que al final no salió?

Nunca. No tiene nada que ver. Yo tengo seis años de estar preparando esa carta pastoral. En octubre del 2010 yo estaba haciendo la primera asamblea diocesana, donde escucho a todos. Yo voy recogiendo. Visitas a las parroquias, a las comarcas. Me he dado a la tarea de visitar parroquias adonde nunca había llegado un obispo. Siempre en cada visita dejo una hora para que hable la gente. Bateo libre, les digo. Y todos hablan. Esa carta es fruto de un análisis de seis años.

O sea, ¿esa carta hubiese sido publicada igual aunque se hubiese publicado la carta pastoral de la Conferencia Episcopal?

Seguro. Ya estaba pensada. No fue hace tres días que se pensó.

¿No es una respuesta a la no publicación de la carta pastoral de la Conferencia Episcopal?

Que quede claro que no. La vengo preparando desde hace varios años. No tiene nada que ver con que no salió la de la Conferencia Episcopal y por eso salió esta. No.

¿Por qué no se pusieron de acuerdo los obispos en esta ocasión para la publicación de la carta pastoral?

Quiero aclarar que en los obispos no hay ninguna división, porque quieren presentarnos como que hay falta de consenso. Hay una unidad increíble en la Conferencia Episcopal, porque todos tenemos la misma visión sobre el hombre. La antropología que tenemos todos los obispos es una antropología cristiana donde se respeta la dignidad de la persona humana y si alguien quiere pisotear la dignidad de la persona humana, nosotros protestamos. En eso hay unidad. En la teología, también.

¿Entonces por qué no se publicó?

Quizás fue la metodología, la forma. Se creó la comisión que redacta el borrador, y esa comisión se atrasó. Este año de la misericordia, la Cuaresma, y no salía… Hacíamos intentos y no salía, de tal forma que llegamos al segundo domingo de Cuaresma y no lo teníamos. Nos pusimos una meta: la tercera semana de Cuaresma la tenemos que sacar. Salió esa semana pero ya estaba muy avanzada la Cuaresma. Las correcciones, mandar a consultar a todos los obispos y algunos obispos ya andaban en las comunidades y no contestaban el correo electrónico. El tiempo nos comió. Y ya estábamos en Semana Santa. Fue metodología.

¿Hay una fecha fatal para publicarla o debe ser antes de Semana Santa?

No. Eso se va a publicar. Dicen que ya no se publicó pero se va a publicar el mensaje de la Conferencia Episcopal.

Es que algunos obispos han dicho eso: que no se va a publicar.

Como mensaje de Cuaresma ya no se publicó, pero en la Conferencia Episcopal nos ponemos de acuerdo en un mensaje y ese sale. No es que no va a salir un documento porque no hay consenso en los obispos. Hay consenso. Y hay unidad.

¿Hay consenso entre los obispos ante la forma en que se está manejando el Gobierno y el Estado en Nicaragua?

Sí, yo creo que sí. Si usted ve todos los documentos, desde el 2010 hasta el último que salió en Cuaresma del 2015, hay una unidad. Y no ha salido ningún documento que diga lo contrario. Ni una línea. Fue un atraso, no es que no haya consenso. Este año ha habido mucha actividad.

Monseñor Solórzano

Monseñor Bosco Vivas reconoció, a raíz de la publicación de su carta, que había obispos que opinaban diferente.

Alguno puede pensar que no es prudente ahorita, que mejor después, pero no es división.

¿Al no sacar la carta pastoral, sea por las razones que sea, no quedó en deuda la Iglesia con sus ovejas?

Haciendo este análisis he estudiado cinco años de documentos de la Conferencia Episcopal, además que yo estuve en la elaboración de ellos. ¡Es increíble todo lo que ha dicho la Conferencia Episcopal! Ninguna institución, ningún partido político, ha dicho lo que la Conferencia Episcopal ha dicho a la sociedad, a los políticos, al Gobierno. Que no se le ha hecho caso, que no se le ha oído, o lo que sea, pero la Conferencia Episcopal ha sido fortísima. Tuvo un atraso en Cuaresma, pero no me digan que esta Conferencia Episcopal no ha hablado nada en estos cinco años.

Uno de los temas polémicos de su carta, sobre la que se han puesto los focos, es con las elecciones. ¿Qué le preocupa de estas elecciones?

Desde el Episcopado Nacional hemos dicho en reiteradas ocasiones que tenemos dudas sobre el Consejo Supremo Electoral. No se confía en él. Esa es una de las preocupaciones. Incluso yo digo ahí que los últimos cambios son cambios que no cambian nada.

Ustedes, los obispos, se reunieron con el comandante Ortega en mayo del 2014 y plantearon todos estos problemas que usted menciona. ¿Sienten que no fueron escuchados en esa ocasión?

Yo estoy claro que no iban a hacer lo que nosotros decimos porque hay visiones diferentes. Pero para mí es importante en ese momento, como lo es importante ahora, el decir las cosas. Dice la Biblia que el profeta no quiere ir a denunciar una injusticia, porque dice: “Es que voy a ir y no me van a hacer caso, hasta me puede ir mal, me pueden matar”. Y Dios le dice: “Vos andá, si no te hacen caso, vos ya salvaste tu alma. Ya es problema del otro”. Yo como obispo tengo una responsabilidad y no me puedo quedar callado.

¿Hubo seguimiento a esa reunión?

No.

¿Ha habido alguna señal de aquel lado para conversar?

Se solucionaron algunas cosas, no de política, sino de otra área: digamos educación… Los ministros, los alcaldes, están abiertos, hay una buena relación. Yo me llevo bien con los diputados de Granada, con la Alcaldía de Granada. Hay relación, comunicación…

No sé si le entendí bien: ¿Hay comunicación pero en áreas que no son políticas?

Políticas en ese sentido: la Constitución, el sistema electoral, ahí no… Son como temas que no… Hay mucha sensibilidad.

¿Eso sucede más ahora que antes? ¿Con los otros gobiernos era igual de difícil hablar sobre estos temas?

Ha sido difícil. Las situaciones varían. Si hablás de las elecciones de doña Violeta, de Arnoldo Alemán o del ingeniero Bolaños no había tanto problema, no había tanta duda, tanta desconfianza con el sistema electoral.

Hay también una especie de llamado de atención a la oposición.

Yo creo que es evidente. Yo recojo lo que veo y el sentir de la gente. La carta no es personal. En el campo hay mucha desilusión con la oposición.

¿Cuál es la queja más frecuente que ustedes encuentran en esas conversaciones con las comunidades?

Ahora se quejan mucho de pobreza y desempleo. Quizás la macroeconomía está bien, pero la microeconomía no. Mucha gente se queja de pobreza.

¿La crisis medioambiental es un tema recurrente?

Claro. Hay comunidades donde todos se nos van a trabajar a Costa Rica. Por la pobreza y por la sequía.

Y cuando establecen responsabilidades, ¿a quién señalan?

Yo hablo de mafias madereras, y también se une la falta de conciencia de la gente en botar basura. Es un trabajo que debemos hacer todos juntos. Hay gente que me dice: “Voy a cortar un árbol”. Yo le digo: “No lo cortés hombre”. “Es que —me dice— yo lo necesito para mi casita, y de todos modos vienen los grandotes y se la cortan todita”. Así está la gente.

¿Hay alguna posibilidad que se vuelvan a sentar con el Gobierno y discutir todos estos temas?

Claro. Nosotros estamos abiertos. Y nos preocupa. Mire, yo hablo todos los días con Dios en la oración. En la palabra de Dios, Dios me habla todos los días. Y me comunico con el pueblo todos los días. Hay gente que viene a quejarse aquí que quiere cambiar de trabajo, que ya no quiere estar en el Estado porque lo obligan a ir a marchas. Todo tipo de quejas. Solo me falta hablar con el Gobierno, con el presidente, para estar completo. Quizás si pido una cita puedan dármela.

¿Usted cree que pueda haber consecuencias por sus planteamientos en esta carta pastoral?

No me refiero al Gobierno. Me refiero a fuerzas del mal. Dicen las sagradas escrituras que nuestra lucha no es contra fuerzas humanas de este mundo sino con fuerzas sobrenaturales del mal. Y el mal tiene mucho poder. No tiene más poder que Jesucristo, pero tiene mucho poder. Y aquí se involucran fuerzas del mal, como el dinero, como el poder. Hay una fuerza del mal que tiene mucho poder. Lo hago como pastor y esa es la misión que nos dan. Nos dan una cruz. No llevamos esta cruz que nos ponen de adorno. Esta cruz sin Cristo es porque el obispo tiene que morir en la cruz. Estamos para eso. Luchamos desde el poder de Jesucristo —que estoy convencido que es más poderoso que el mal— y la fuerza de la verdad. Puede ser que me equivoque, pero yo saqué la carta pastoral porque estoy convencido que todo lo que está ahí es verdad. Yo no gano nada, puedo perder más bien, si hablamos humanamente. No estoy para pelearme, ni puedo pelearme ni soy pastor para pelearme con nadie. Simplemente expongo una verdad que si no la digo me condeno, no salvo mi alma. Si algún día digo “no puedo decir esta verdad”, no puedo defender al pueblo, no puedo ser voz de los que no tienen voz, mejor me voy. Para qué voy a estar si ya no soy un pastor que da la vida por las ovejas.

Lea también la carta pastoral completa del Monseñor Solórzano.

 

Plano personal

Monseñor Jorge Solórzano Pérez nació el 23 de marzo de 1961 en una familia campesina de la comunidad San Andrés de la Palanca, vecina de Managua.

Es el décimo tercer hijo de una familia de 15 hermanos.

Desde los cinco años se recuerda arreando vacas, ordeñando, sembrando maíz o cortando algodón.

El temple de su carácter, dice, fue formado por ser hijo de un matrimonio unido durante 50 años, y el trabajo fuerte que le dio sentido de responsabilidad, disciplina y honradez.

Para estudiar la secundaria caminaba todos los días de clase unos seis kilómetros, desde San Andrés de la Palanca hasta Ciudad Sandino donde era la última parada de la ruta 113. Ahí agarraba un bus para El Guanacaste (Managua) y se iba caminando hasta el Instituto Monseñor Lezcano. Y al finalizar la clase, el mismo trayecto de regreso. “Me daban 25 centavos que costaba el bus. No me daban para gaseosa ni para comer nada y alguna vez se me perdieron los 25 centavos y fue problema”.

Dice que una vez, a los 12 años, le dieron un saco de más en los cortes de algodón y su padre lo obligó a devolverlo.

Desde pequeño jugaba a dar misas y a los 14 años manifestó a su párroco por primera vez la intención de entrar al Seminario. Lo aceptaron a los 16.

De chavalo tocaba guitarra y le gustaba andar con un grupo de amigos poniendo serenatas a las amigas y las primas.

Al entrar al Seminario le preguntaron si le gustaban las mujeres. “Yo fui sincero y le dije: sí”. Entonces podés entrar, le dijeron “porque si no te gustaran las mujeres no serías hombre y el sacerdote tiene que ser hombre”.

Mide 1.93 metros de alto. Durante el Seminario jugó basquetbol y alguna vez en su juventud un scout de un equipo de beisbol de Grandes Ligas de Boston mostró interés en reclutarlo.

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COMENTARIOS

  1. eresa
    Hace 8 años

    la iglesia notablemente dividida, obviamente están de su los que quieren que vuelvan los burgueses a dirigir el país

  2. Alejo
    Hace 8 años

    Vaya, pasó mas de 5 años escribiendo una carta? Ahora con MS Word es mas rapidito. Ahora viendo los temas de la carta no hay nada nuevo y fantasioso, todo es real, es lo que vive el pais.

    1. Zaphira.
      Hace 8 años

      Es que si la hubiera escrito en dos horas sería paja, puro bla bla bla, para escribir una carta pastoral se necesita más que MS word, necesita ver, escuchar, sentir con el pueblo, y sí, quizá tengas razón y no sean temas nuevos, pero son temas que muy pocos se atreven a denunciar públicamente.

  3. Louis
    Hace 8 años

    Como nicaraguense me siento orgulloso de que aun tengamos obispos valientes y sin pelos en la lengua como asi lo demuestra monseÑor Solorzano. Mis sinceras felicitaciones y apoyo sincero. Que Dios lo proteja de las fuerzas malignas, que son poderosas pero no mas que nuestro SeÑor Jesucristo.

  4. chim camchom
    Hace 8 años

    Que alentador que es este mensaje de nuestro Obispo Monseñor Jorge Solórzano (no pertenezco a su diócesis,vivo en Managua pero es mi Obispo, no me siento representado por el de la diócesis donde vivo) es un mensaje valiente,claro, preciso y conciso. El debería de ser nuestro Cardenal,ya que es valiente. Gracias Monseñor Solórzano por su mensaje que se publica justamente cuando ya estábamos por llegar al estado de desesperanza. Vemos con alegría que no todo está perdido en la Conferencia Episcopal. Ud.y los Monseñores Mata,Sandigo,Baez,el Padre de Matagalpa son dignos representantes de este sufrido pueblo. Que Dios les ayude.

  5. Ed Manfut
    Hace 8 años

    La responsabilidad de no causar daño al pais, no se meta en politica deje que estas cosas se resuelvan sin su intromision ese es mi consejo.

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