Generalmente en el área de Recursos Humanos valoramos nuestro talento humano en habilidades y conocimiento adquiridos durante el transcurso del tiempo, pero al definir liderazgo emocional, ¿de qué estamos hablando?, es un concepto amplio, pero si lo enfocamos en nuestra inteligencia emocional entonces hablamos de la conducción de nuestras emociones aprendiendo a reconocerlas, controlarlas y saber manejarlas de acuerdo a las situaciones y circunstancias que nos envuelven en nuestra historia de vida, tanto en el área familiar, social, laboral y nuestro yo interno.
Es la habilidad de controlar tus emociones en lugar de permitir que ellas te controlen. Los colaboradores que logramos esto, normalmente no nos permitimos estar muy enojados, explosivos, sentir ira, envidia, ni tomamos decisiones impulsivas. Algunos ejemplos en nuestra vida laboral como: comunicar desacuerdos sin violencia, ni ofensas, comodidad con el cambio y la habilidad para decir no.
Siempre he considerado que nuestro liderazgo emocional nace y se desarrolla con el tiempo en los ambientes y áreas de Vida que tenemos como tu familia, tu escuela, tus amigos, tu trabajo, tu pareja, tus colegas y tus padres que te han formado desde pequeños hasta convertirse en adultos seguros de sí mismos con el deseo permanente de seguir en la lucha de tus sueños y proyectos a corto plazo.
Una vez entendidos será más fácil establecer cómo desarrollar esos líderes jóvenes que necesitamos con emprendimiento, innovación y ante todo confianza en sí mismos.
No podemos dejar a un lado que todas nuestras experiencias son aprendizaje, yo siempre digo que pocas cosas se logran en los primeros intentos. Nuestro liderazgo emocional está totalmente vinculado a nuestra actitud y perseverancia de seguir aprendiendo de nuestros errores lo que nos llevará a triunfar en la vida. Te daré tres características de los primeros intentos:
1. Altas expectativas.
2. Pocos recursos económicos.
3. Poca o nula experiencia.
La psicología de Joyce Brothers afirma: “La persona interesada en triunfar tiene que aprender a ver su propio Liderazgo emocional que puede ser un fracaso como una parte saludable e inevitable del proceso de llegar a la cumbre”. La adversidad y el fracaso que a menudo vienen como consecuencia, son cosas que deben esperarse que ocurran en el proceso de alcanzar el éxito y deberían tomarse como partes absolutamente críticas de este.
Todos le tenemos temor a algo, puede ser a la oscuridad , las alturas, los espacios reducidos, las cucarachas, ratones, etc. Es más, algunos desarrollamos fobias que no es más que temores arraigados por los cuales se necesita ayuda profesional. El temor le pone una tranca a la puerta de las oportunidades. Se dice que Edison le tenía miedo a la oscuridad, sin embargo, venció ese obstáculo de una forma muy grande, porque inventó el bombillo eléctrico.
Las personas exitosas dejan de crecer y de aprender cuando están cada vez menos dispuestas a arriesgarse. El fracaso emocional es una demora, no una derrota, todos cometemos errores, especialmente las personas de acción las que utilizan su propio liderazgo emocional. La mayor parte de la gente piensa que el éxito y el fracaso corren en vías opuestas, pero ambos van en la misma dirección de la realización de nuestros sueños, otras palabras son producto del mismo proceso.
(*)Consultora de Talento Humano, Psicóloga Clínica.
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