Aunque el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha esquivado hablar sobre el potencial riesgo que existe de que la deuda petrolera con Venezuela se convierta en deuda pública —ahora que Caruna traspasó sus activos y pasivos a Albanisa—, la misión técnica de ese organismo no desaprovechó su visita en Managua para sentarse con autoridades de Albanisa y conversar sobre este tema.
Si bien el jefe de misión técnica, Gerardo Peraza, confirmó la reunión con Albanisa, evitó dar detalles sobre lo que se habló en torno a la deuda petrolera.
El también economista principal en la División de Países Latinos del Caribe del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, en lo que sí fue enfático fue en que el organismo reiteró al gobierno mantenerse vigilante ante el crecimiento de la deuda externa privada, que es como hasta la fecha se sigue registrando la cooperación petrolera.
“Al revisar la perspectiva económica de Nicaragua hemos tocado temas relacionados con la cooperación venezolana. Nosotros tal como pudiste ver en el reporte del Artículo IV mantenemos nuestra recomendación de que el rápido crecimiento de la deuda (privada externa) tiene que ser monitoreado cuidadosamente”, afirmó Peraza.
Al insistir sobre la reunión que sostuvieron con autoridades de Albanisa y sobre lo que se habló de las garantías de que la deuda petrolera no se convertirá en una responsabilidad pública, Peraza dijo: “Sí, nos reunimos con funcionarios de Albanisa. Lo que te puedo decir es que en el contexto de revisar las perspectivas económicas y el financiamiento externo, en ese contexto lo vimos y nuestra recomendación es mantener un monitoreo cercano del crecimiento de la deuda privada (externa)”.
Esta es la primera vez que se conoce públicamente que funcionarios del FMI se reúnen con autoridades de Albanisa, aunque generalmente las misiones de ese organismo suelen sostener encuentros con autoridades de gobierno, representantes del sector privado y de la sociedad civil organizada.
La inquietud del riesgo que existe de que la deuda petrolera se convierta en deuda pública surgió luego de que el gobierno durante la revisión de la economía 2015, en el marco de la aplicación del Artículo IV, le dijo al FMI que la Caja Rural Nacional (Caruna) traspasó sus activos y pasivos a Albanisa, una sociedad mixto donde la estatal Petróleos de Nicaragua (Petronic) es dueña del 49 por ciento de las acciones de la misma.
El socio mayoritario es Petróleos de Venezuela S.A (PDVSA), que según un reporte publicado por la Asamblea Nacional de Venezuela, esta vendió deudas derivadas de los acuerdos energéticos al Banco Central de Venezuela, entre las que se incluiría la de Albanisa, según informaron algunos medios locales.
Sobre la transacción de PDVSA con el Banco Central de Venezuela, el presidente del Banco Central de Nicaragua, Ovidio Reyes, se limitó a decir que la función de esta institución es solo registrar deuda ya sea pública o privada, y que “los arreglos” que puedan existir entre los acreedores y deudores “son arreglos que ocurren entre las partes”.
“En ese sentido, lo que nosotros tenemos y estamos esperando es que llegue la información para ubicarla dentro del informe de cooperación externa. Todos los flujos de cooperación que se han producido de todos los países, los alivios de deuda que se han producido de todos los países, las reestructuraciones se encuentran registradas en nuestro sistema de información y eso es lo que esperamos que ocurra (con la cooperación de Venezuela)”, afirmó. Y añadió: “Ahora todos los acuerdos que puedan ocurrir entre ellos, es un asunto comercial”.
MENOS CONTUNDENTE
Durante la primera conferencia del FMI, el presidente del Banco Central de Nicaragua, Ovidio Reyes, dijo en tono menos contundente que “hasta ahora esta deuda no representa ni esperamos que en el momento inmediato llegue a representar ninguna afectación al presupuesto ni a la deuda pública en general”.
La deuda de Venezuela, que según cifras oficiales supera los 3,200 millones de dólares desde 2007 hasta el año pasado, ha sido manejada por personas afines a la familia presidencial.
Una reducida proporción de dicha cooperación se destinó para financiar programas sociales, algunos de los cuales ya no son financiados con la cooperación, sino que han sido transferidos al Presupuesto General de la República, como el bono salarial, programas productivos, subsidio de transporte colectivo y selectivo urbano, subsidio energético a los consumidores de 150 kilovatios, programas de calles para el pueblo, entre otros.
Opositores han alertado del riesgo que implicaría para Nicaragua la operación de PDVSA de vender parte de su deuda al Banco Central de Venezuela.