Luego de ver a Rougned Odor lanzar un potente volado de derecha que sacudió, pero sin llegar a tumbar a José Bautista, quizá usted ha recordado grandes peleas que se han protagonizado en un estadio de beisbol.
La más grotesca para mí es una que solo he visto a través de videos: Juan Marichal, de los Gigantes, golpeando, bate en mano, a John Roseboro, cátcher de los Dodgers, en 1965. Aquello fue terrible.
Eso explicó el malestar de los medios de Los Ángeles, cuando Marichal llegó a los Dodgers diez años después. “Es como que los pollos inviten al zorro a cenar. O Brezhnev venga a la Casa Blanca a una reunión de oración”, escribió Jim Murray en aquel momento.
En el 2003, cuando Boston y Yanquis se medían en la Serie de Campeonato de la Liga Americana, se dio un pleito masivo, que acabó cuando Pedro Martínez tumbó al venerable coach de los Mulos, Don Zimmer. Fue un espectáculo lamentable.
En mayo de 1976, Carlton Fisk esperaba a Lou Piniella para un out en el homeplate, cuando el jardinero de los Yanquis lo atropelló. Fisk respondió con jab a la cara de Piniella y ardió Troya.
En agosto de 1993, Nolan Ryan, ranchero en Texas, tomó por el cuello a Robin Ventura, cual si estrangulara un ternero y comenzó a darle coscorrones en un combate de final inesperado. Ganó la experiencia a la juventud.
Ray Knight, quien había sido púgil amateur, mostró sus habilidades boxísticas en ese mismo 1993, cuando Eric Davis se barrió en tercera base y lo tumbó. Davis sintió todo el poder noqueador de Knight.
También ha habido duelos horrendos, como uno de Ottis Nixon, quien lastimó con los spikes a Wally Ritchie; peleas chistosas como uno de David Ortiz quien no acertó disparo ante su oponente o Vicente Padilla escapando por debajo del tumulto, tras pelearse con Nick Swisher.
Nadie aplaude esos duelos de boxeo en escenario del beisbol, pero han existido desde siempre y en medio de la tensión que impulsa ahoga una disputa, hay siempre válvulas de escape, aunque no sean las más apropiadas.
Ahora Odor espera por una suspensión, algo que ya también sufrió en las Menores, donde tuvo más de un pelea.