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Francisco Xavier Aguirre Sacasa

“Brexit”, causas y efectos

Hace unas semanas LA PRENSA publicó un artículo de opinión mío señalando que Gran Bretaña estaba a punto de tener un referéndum para decidir si quería quedarse en la Unión Europea (UE) o retirase de ella. En el mismo escrito, indiqué que las encuestas apuntaban a que la votación sería muy cerrada y que un voto a favor de “Brexit” —a como el retiro británico de la UE se conoce en inglés— tendría enorme repercusiones. En el fondo, añadiría incertidumbre a un mundo que ya estaba pasando por mucha turbulencia política y socioeconómica.

El 23 de junio los británicos votaron. Y por cuatro puntos porcentuales, decidieron abandonar a la UE. Ahora hay dos preguntas. La primera es ¿qué consecuencias tendrá esta votación?  Y la segunda es ¿qué causó este terremoto?

En los primeros días después del 23 de junio, hemos comenzado a ver importantes cambios. Por ejemplo, David Cameron, el primer ministro británico quien había apoyado que Gran Bretaña quedase en la UE, tomó su derrota como el equivalente a la pérdida de un voto de confianza. Y consistente con la práctica de la constitución británica que, por cierto, no es escrita, ha anunciado que renunciará a su cargo. En una sesión del parlamento, declaró que continuará como jefe de gobierno unos meses para tratar de estabilizar al Reino Unido después del golpe que significa “Brexit”, pero que no sería el “capitán” que se encargaría de timonear la nave de estado en su viaje hacia su nuevo futuro.

Por otro lado, Escocia —o al menos nacionalistas escoceses— notaron que  más de 60 por ciento  de sus compatriotas habían votado a favor de quedarse en la UE. Por ende, advirtieron que pedirían un referéndum para separarse del Reino Unido. Este sería, por cierto, el segundo en dos años. El futuro de Irlanda del Norte  —que también es parte del Reino Unido y que votó en contra del “Brexit”— es también incierto, aunque menos que el de Escocia.

Lo que no se dejó esperar fue la reacción de los mercados financieros  y cambiarios. En Estados Unidos (EE.UU.), la bolsa perdió más de 850 puntos en los dos primeros días después de “Brexit”, un bajón de más de cinco por ciento. Y la libra esterlina, la moneda del Reino Unido, bajó a su nivel más bajo con relación al dólar estadounidense en más de treinta años. Por otro lado, standard & poor’s, la importante agencia crediticia, bajó el “rating” de Gran Bretaña de AAA a AA con una “perspectiva negativa”.

En parte por la incertidumbre causada por el “Brexit”, el precio del petróleo también bajó en los días inmediatamente después del “Brexit”. Estoy escribiendo este artículo el 27 de junio y el precio del oro negro tejano anda por US$46.70 por barril después de haber estado coqueteando recientemente con US$50.

Estos movimientos hacia abajo no necesariamente se mantendrán. Pero considero que incertidumbre y una mayor volatilidad económica y política será el orden del día mientras el mundo occidental se acomode al “Brexit”. Por ejemplo, ¿si Escocia opta por separarse de Gran Bretaña, Cataluña y el País Vasco pedirán lo mismo?  Y ¿otros países europeos —como Francia y Holanda— también pedirán retirarse de la UE? Cito estos dos ejemplos porque en ambas naciones ya existen movimientos que piden independizarse de la UE.

A mi modo de ver, hay un par de megatendencias que ayudan explicar al “Brexit”. La primera es que millones de ciudadanos en las democracias del primer mundo sienten que no han participado en la recuperación económica que sus países han tenido después de la Gran Recesión de 2007.  Para ellos las élites económicas —y los partidos políticos que ellos dominan— los han olvidado. Y ahora, a su criterio, ha llegado el momento de castigar políticamente  a aquellos “sordos” que se escudan tras el status quo. La segunda megatendencia es que estos mismos ciudadanos, principalmente miembros de la clase obrera y con relativamente poca educación, atribuyen sus problemas a dos aspectos a la globalización. Uno de estos dos aspectos son los tratados de libre comercio que, según sus críticos, han beneficiado a países del tercer mundo y perjudicado a obreros, sobre todo en el sector manufacturero, de los países industrializados.  La segunda faceta de la globalización que rechazan es la migración de millones de personas que amenazan, a su criterio, con adueñarse de los pocos puestos de trabajo que en sus países aún quedan y de ahogar a sus culturas nacionales.

Veremos en noviembre cómo el efecto “Brexit” se manifiesta en las elecciones norteamericanas. El último mes ha sido malo para Donald Trump. Ha bajado en las encuestas, despidió a su jefe de campaña y su campaña está corta de plata. Además, importantes figuras republicanas siguen oponiéndose a su candidatura. Sin embargo, en los medios afines a Trump, hay entusiasmo porque interpretan la votación británica como un rechazo a la nomenclatura  británica y a la “tiranía” de Bruselas.  Para ellos, el “Brexit” presagia una revancha del pueblo —una victoria del populismo— cuyo vehículo político en Norteamérica es justamente la candidatura de Trump. Intelectualmente algunos de ellos pueden comprender que Trump y sus soluciones populistas pueden fundirlos aún más de lo que ya se sienten estar. Pero emotivamente están tan enfadados con la desigualdad económica y con el “establishment” político y económico estadounidense, que quieren darse el gusto de pasarle la cuenta a sus “opresores” en noviembre.

Solo el tiempo nos dirá si EE.UU., el dominó más fuerte de Occidente, aguantará estas megatendencias populistas o si, al igual que el Reino Unido, sucumbirá a ellas.

El autor es un economista y fue presidente de la Comisión Económica de la Asamblea Nacional.

Opinión brexit reino unido Unión Europea archivo

COMENTARIOS

  1. jose m. fernandez.
    Hace 8 años

    Inglaterra es la derrota del neoliberalismo en Europa,en EEUU la derrota del neoliberalismo va a ser el pueblo cuando elija a Trump a la presidencia.La venganza es dulce.

  2. ramon
    Hace 8 años

    No ha habido ningun terremoto,n i temporal,ni monson mucho menos tifon,es un simple retiro,no quieren trabajar juntos eso es todo,digame cual es la consecuencia en lo personal para ud?ninguna,lo unico q’ud puede ir a toda europa menos a esa isla,no hay sorpresa asi a sido toda la vida,en el mercado,por ser pais sumamente monetario,no me lo va ha creer,en cualquier pais desarrollado,la moneda fisicamente circula en un 5-7%,el resto lo componen operaciones virtuales,com papeles de valor(obligaciones,etc.),cuando ellos se desmembran todas la operaciones virtuales,sufren modificaciones,volverlas a imprimir algunas y ponerlas en los nuevos canales costara un poco de tiempo y logicamente dinero,la circulacion fisica no se ha detenido ni se detendra,atencion no levante polvo ahi donde no existe,puede perder sus dedos.

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