“¿Por qué me he hecho alérgico si antes no lo era? En la alergia ocurre una reacción “equivocada” frente a cosas con las que se está en contacto de forma habitual (polvo, plantas, animales, alimentos, fármacos…) y que no tendrían por qué alterar el sistema inmunológico.
El sistema inmunológico es el responsable de que todo funcione bien en el organismo. Como una aduana, permite el paso de las sustancias beneficiosas y evita el de agentes nocivos como virus y bacterias, de acuerdo con las reflexiones elaboradas por la doctora Pilar Cots Marfil, alergóloga en Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo de España.
En la reacción alérgica, esta aduana se “equivoca” frente a un elemento habitual y desencadena los síntomas típicos de alergia que, dependiendo de cuál haya sido la sustancia, serán unos u otros: asma por ácaros del polvo (se inflaman los bronquios), urticaria por comer melocotón (se inflama la piel), etc.
Pero, ¿por qué se produce esta “equivocación”?
NO EXISTE UNA CAUSA ÚNICA
La causa es una combinación entre factores genéticos y ambientales que, además, han de ocurrir en un determinado momento de exposición en la vida.
Factores genéticos: los hijos de padres alérgicos tienen más probabilidad de tener alergia, aunque no todos tienen por qué llegar a desarrollarla.
Factores ambientales: la exposición a infecciones, la higiene, el contacto con animales, el uso de vacunas, antibióticos, la contaminación, el tabaco, la alimentación…
¿LOS NIÑOS TIENEN MÁS ALERGIA AHORA QUE ANTES? LA TEORÍA DE LA HIGIENE
Existe una hipótesis que ha adquirido bastante fuerza; afirma que las viviendas relativamente libres de gérmenes en la sociedad moderna hacen que los niños sean más vulnerables a las alergias: la teoría de la higiene.
Así, el estilo de vida occidental y sus adelantos nos llevaría a controlar muchas de las enfermedades infecciosas existentes, a vivir en ambientes limpios, estar vacunados, utilizar antibióticos… Todas, situaciones que favorecerían que el sistema inmunitario se equivocara de enemigos, se “aburriera” al no tener enfermedades contra las que luchar y empezara la batalla frente a elementos habituales de nuestra vida contra los que no tendría que defendernos (alimentos, animales, plantas…) originando así las enfermedades alérgicas.
CONCLUSIÓN
En conclusión podemos afirmar que la alergia se desarrolla a lo largo de la vida en las personas que tienen predisposición. Nos hacemos alérgicos a aquello con lo que estamos en contacto de forma habitual.