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Managua, Nicaragua 31 de Octubre del 2016. Susana Jerez propietaria de Ktiras tienda de artesania. Foto/Carlos Valle/LA PRENSA.

La dura tarea de emprender en tierra ajena

Esta es la historia de Ktira’s, un negocio que a punto de morir fue resucitado por su dueña y trabajadores

Managua, Nicaragua 31 de Octubre del 2016. Susana Jerez propietaria de Ktiras tienda de artesania. Foto/Carlos Valle/LA PRENSA.

Después de diez años de no visitar Nicaragua, la venezolana Susana Jerez emprendió junto a su esposo, quien es nicaragüense, una visita al país. En Estados Unidos, donde ambos comenzaron a residir desde hace 27 años cuando se casaron, el matrimonio gozaba de estabilidad económica. Ella administraba una organización sin fines de lucro y él asesoraba en informática a importantes compañías anglosajonas.

Pero la visita que hicieron a Nicaragua los dejó sorprendidos. Comparada con la última que habían realizado, encontraron, según ella, una nación más próspera y con mayores oportunidades para hacer negocios, lo que se presentaba como una buena oportunidad en ese momento en que acababa de recibir una herencia de su abuela. Sin pensarla mucho, empacaron sus cosas en Estados Unidos, vendieron su vivienda y hace tres años decidieron trasladarse a Nicaragua.

“Cuando salgo de Estados Unidos, digo: voy agarrar el dinerito que me dejó mi abuela y voy a utilizarlo para cualquier oportunidad que se presente en Nicaragua. Si alguien me dice que vendamos fósforos, yo iba a decir que sí, sin miedo”, relata. Y la vida no tardó en ponerle en su camino a una persona, también venezolana, que pronto se convertiría en su amiga y la animó a emprender un negocio relacionado con la fabricación de piezas artísticas y artesanales a base de cartón comprimido o fibrán. A veces se hacen con madera de pino.

Managua, Nicaragua 31 de Octubre del 2016. Susana Jerez propietaria de Ktiras tienda de artesania. Foto/Carlos Valle/LA PRENSA.

Así nació Ktira’s, una terminología venezolana que significa chelas. Susana había invertido todo lo que tenía, incluido su empeño para que el negocio fuera un éxito. Algo, sin embargo, no funcionó y este comenzó a venirse abajo junto con la inversión que había hecho y su aspiración de mayor prosperidad económica para su hogar.

El descalabro financiero del negocio era de tal magnitud que tomó la decisión de cerrarlo. Había perdido su nueva amistad y estaba a punto de quedarse sin la herencia de su abuela. Estando en tierra ajena y hasta cierto punto sola con sus hijos, puesto que su esposo aún continúa viajando a Estados Unidos para dar asesorías porque las empresas jamás dejaron de prescindir de sus servicios. Susana admite que ese trance fue muy difícil.

Managua, Nicaragua 31 de Octubre del 2016. Susana Jerez propietaria de Ktiras tienda de artesania. Foto/Carlos Valle/LA PRENSA.

Fue uno de los colaboradores, que toda su vida había trabajado como ayudante de carpintería, quien la animó a no desistir y le pidió una oportunidad para asesorarla y ayudarle a encauzar el emprendimiento hacia el camino del crecimiento y consolidación. Y lo logró.

“Aprendía a golpes”, afirma Susana, quien de diseño y cómo administrar un negocio no sabía nada, porque ella es terapista. “No tengo dinero como para decir ‘ah no sirvió, me voy’. No estoy en esa condición”, agrega.

Pero además había comenzado el negocio sin hacer ni siquiera un estudio de mercado. Aun así, Susana junto con su mano derecha al que identifica como Nelson, deciden retomar el negocio y en el fondo del patio, donde antes funcionaba un gallinero y hay un frondoso árbol, deciden abrir el taller donde se elaboran las piezas, algunas de ellas en miniatura.

Comenzó la búsqueda de los proveedores de las láminas con las que elaboran piezas, los lugares donde comprar la maquinaria, así como la búsqueda de compradores, siendo las redes sociales, particularmente Facebook, su principal mercado de obtención de clientes.

Managua, Nicaragua 31 de Octubre del 2016. Susana Jerez propietaria de Ktiras tienda de artesania. Foto/Carlos Valle/LA PRENSA.

Iniciaron con la fabricación de ocho diseños y ahora cuentan con más de mil, clasificados en productos de uso para el hogar, de uso decorativo para fiestas, infantiles, para oficinas, cofres y cajas, entre otros. Entre las piezas que fabrican figuran retrateras, bandejas, buzones para sobres, base multiuso de laptops, colgantes de teteras, portacelulares, revisteros, llaveros, cubrevasos, pañaleras, entre otros.

El noventa por ciento de los compradores de Ktira’s llega a través de Facebook y además ahora la empresa, que tiene cinco empleos fijos y cuando hay gran demanda se contrata a trabajadores temporales, también tiene una tienda donde se exhiben todos los productos en inventario.

En el taller se elaboran piezas tan complejas como una rueda chicago. Ella admite que ni dibujar sabía, pero dice que ahora se remonta a las técnicas que se aplican en kínder, de calcar en papel cebolla y además los vidrios de su casa los usa para ese fin. Susana asegura que junto con su equipo, se llevan hasta cinco horas dibujando los moldes de los productos que los clientes piden.

Managua, Nicaragua 31 de Octubre del 2016. Susana Jerez propietaria de Ktiras tienda de artesania. Foto/Carlos Valle/LA PRENSA.

12 HORAS DE TRABAJO

Levantar el negocio y mantenerlo vivo no ha sido fácil. Le dedica 12 horas diarias al negocio, comenzando a partir de las 3:00 de la mañana cuando revisa Facebook para ver los pedidos o los encargos que le hacen las empresas. En un día a través de esa red social recibe hasta 125 mensajes en su mayoría cotizaciones. Solo en octubre envió unas 400 cotizaciones, las que luego se convierten en compras.

Aunque el negocio comienza a caminar bastante bien, Susana dice que los momentos más difíciles del negocio son los 15 y 30 de cada mes, cuando le toca completar el pago de planilla. Y aunque tiene grandes planes de diversificar el negocio, admite que los ingresos aseguran el pago de salario y los impuestos. Todos los trabajadores están asegurados y gozan de los beneficios de Ley.

Ktira’s está vendiendo cada mes al menos 1,200 piezas, cuyo precio mínimo es de 15 córdobas. Esto representa un crecimiento, porque cuando comenzaron apenas comercializaban 120. Pero el taller tiene capacidad de producir 200 piezas entre tres y cinco días, mayor a ese volumen se requiere al menos una semana. La meta de Susana y su equipo es ahora apostar por la fabricación de juguetes educativos.

Managua, Nicaragua 31 de Octubre del 2016. Susana Jerez propietaria de Ktiras tienda de artesania. Foto/Carlos Valle/LA PRENSA.

Contacto

Propietaria: Susana Jerez.
Dirección de la tienda: De los semáforos de la Vicky una cuadra al sur. Plaza J&L.
Teléfono: 8509-1052 / 7822-6349
Facebook: ktira’s
Correo: [email protected]

Economía crecimiento emprendimiento Ktiras Pyme archivo

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COMENTARIOS

  1. Economista Mundial.
    Hace 7 años

    Un ejemplo de la mujer trabajadora y perseverante de la tierra Venezolana , un pueblo honesto y trabajador que esta poniendo su esfuerzo y trabajo en el Sueño Nicaragüense.siga adelante busque como diversificar su negocio y promoción en las redes sociales.Vienen tiempos mejores.

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