Ayer en Rusia un muchacho de extracción humilde subió a un cuadrilátero para hacer historia. Su nombre: Darwin Martínez. Nunca nadie en el país había ganado un combate en un Mundial Juvenil de Boxeo y él lo hizo venciendo por decisión dividida al italiano Damiano Cordella.
Solo y llevando a cuesta los colores de su país, Martínez se armó de valentía los tres rounds, logrando impresionar a tres jueces que le vieron ganar 30-27 (dos) y 29-28, mientras otros dos le marcaron 27-30 en contra.
Fiel a su estilo de soltar ráfagas en corto, Darwin complicó al italiano, que prefirió actuar al contraataque sin ser tan efectivo.
Una derrota de entrada le habría cortado de tajo el pase al siguiente combate de las preliminares, donde Martínez se enfrentará mañana a las 10:00 a.m. (Nicaragua) a Otabek Kholmatov, un zurdo, espigado, oriundo de Uzbekistán, al que Darwin deberá cerrarle los espacios para crear desajustes.
“La primera victoria. Gracias a Dios salimos bendecidos. Él es el único que me ayudó a ganar. Ahora estoy listo para la siguiente pelea que será el lunes”, manifestó, tras dar el primer paso en la dirección correcta en la división de los 52 kilogramos.
En el primer round Darwin tomó la iniciativa. Anclado en el corazón del ring, Cordella recibió descargas veloces del nicaragüense, quien supo caminar sobre la lona, manejando el control del tiempo. Un cruzado de izquierda a la cara de Cordella hizo que trastabillara y Darwin se fue al frente, queriendo causar más daño.
Con agresividad, el muchacho del barrio Las Américas Uno, de Managua, abrió el segundo asalto. Soltó combinaciones cortas temprano, pero cayó en la distracción porque la careta que portaba se le movía, obligándolo a buscar el acomodo haciendo uso de sus manos en medio del combate. En el cierre, el italiano presionó y lo conectó cuando este se quedó parado.
En el último round, Darwin fue la versión de un torbellino. La ansiedad de querer acabar con Cordella lo embargó, fue notable, y en el redondel de la furia ambos optaron por el fuego cruzado. Así Martínez logró una gesta histórica, que podría alcanzar dimensiones mayúsculas en los próximos días.
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En los Juegos Olímpicos de Londres 2012, Osmar Bravo ganó un combate, antes de quedar fuera de la competencia.
El hombre de Muelle de los Bueyes plantó su nombre en unas olimpiadas, ahora Darwin ha escrito el suyo en el Mundial Juvenil.