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Pedro Joaquín Chamorro

Se apaga la estrella de Pedro Reyes

Nada regala el poder absoluto a cambio de nada, menos cuando se trata de una concesión de conveniencia y lo beneficiarios no siguen las reglas del juego.

Lo que el Frente regaló, el Frente lo quita. Aquello fue un regalo a cambio de portarse bien, disciplinadamente, no a cambio de nada. Nada regala el poder absoluto a cambio de nada, menos cuando se trata de una concesión de conveniencia y lo beneficiarios no siguen las reglas del juego.

Hace menos de 6 meses, un 8 de junio, don Pedro Eulogio Reyes Vallejos recibió inesperadamente de la Corte Suprema de Justicia los sellos del PLI. Apenas tres días antes, este partido presidido entonces por Eduardo Montealegre y que encabezaba la Coalición Nacional por la Democracia, había designado su fórmula presidencial compuesta por Luis Callejas y Violeta Granera.

Desde ese momento, Reyes tuvo un fulgurante ascenso en los medios de comunicación y se invistió de un sorprendente poder dictatorial dentro de su partido, asignado por el poder absoluto.

Un poco más de un mes después, el 28 de julio a solicitud de Pedro Reyes, el CSE y más tarde la Junta Directiva de la Asamblea Nacional dio “trámite express” (sin el debido proceso), a la destitución de 16 diputados propietarios y 12 suplentes porque no asistimos a su casa a las tres convocatorias que hizo como nuevo presidente del PLI y no le reconocimos como líder, por lo que fuimos declarados “tránsfugas”.

Semanas después, Reyes continúa demostrando que tiene un poder inusitado dando muestras de una magnanimidad poco disimulada al “perdonar la sanción” (destitución) a varios diputados suplentes que se arrepintieron de su posición valiente y digna y lo reconocieron como “líder”.

Tanto el CSE como la AN los reincorpora sin mayor trámite, más que la solicitud de Reyes. Es así que logran completar 22 asientos en la Asamblea Nacional con el objetivo de dar una sensación de “normalidad” ante la condena mundial por el atropello a la institucionalidad que provocó la destitución de 28 diputados, un hecho nunca visto en nuestra historia.

La “carrera” de don Pedro Reyes sigue en ascenso como una nueva estrella fulgurante en el firmamento político de Nicaragua y muy pronto reúne todos los cargos que un líder político pudiera desear en un partido: es presidente del partido, representante legal, se autonomina candidato a la Presidencia de la República.

Pero al igual que fue acumulando cargos, los fue perdiendo con la misma rapidez. Pronto lo vimos renunciar a su candidatura presidencial y proponer al miembro del Comité Ejecutivo Nacional, José del Carmen Alvarado. Este anuncio vino después de que un banco local decidió no darle un préstamo para la campaña en vista de que apenas lograba un 2.2 de intención de voto en las encuestas.

Ahora el CSE le receta a don Pedro Reyes su misma medicina: con una carta firmada por los miembros del Comité Ejecutivo Nacional: Mario Asensio, Francisco Luna y José del Carmen Alvarado (excandidato a la Presidencia) es destituido por el CSE de la misma manera que fueron destituidos los diputados y de ipegüe le conculcan sus derechos partidarios por tres años. Mal paga el diablo a quien bien le sirve. Es un caso único en nuestra historia política: estamos ante un “líder” que nació a la luz pública, brilló ante las cámaras, nos hizo reír a carcajadas y llegó a su ocaso político en menos de 6 meses… como un globo de aire caliente. Tuvo un poder aparente delegado por el poder real, pero lo malgastó tan pronto como le cayó de la nada, creando múltiples conflictos a lo interno del PLI.

Son sus propios compañeros del Consejo Directivo del PLI, quienes hasta hace poco lo elogiaban, los que con base en los estatutos del partido han pedido al CSE su absoluta defenestración. Es así como una estrella fugaz desaparece de nuestro firmamento político tan pronto como hizo su “debut”, en caída libre.

“Cuando uno ya no es útil lo desechan”, se lamenta con descarnada franqueza Reyes en la entrevista dominical de LA PRENSA. Habría que preguntarse y esto queda pendiente para el periodismo investigativo: ¿qué hizo don Pedro Reyes para ser desechado tan rápidamente? ¿Quién le prestó los 350,000 dólares para su campaña presidencial? ¿Cuál fue el contacto operativo del FSLN que arregló con Reyes la entrega del partido y la posterior defenestración de 28 diputados?

El autor es periodista y exdiputado PLI arbitrariamente destituido.

Columna del día Eduardo Montea Pedro Reyes PLI archivo

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COMENTARIOS

  1. El Observador
    Hace 7 años

    Magnífico artículo, que bien podría ser aplicado a otros personajes, que en su momento brillaron y cuando ya no servían a los propósitos del gobernante, con cualquier pretexto los eliminaron. Asi es que hay varios “Pedros Reyes” en la historia reciente de la política.

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