Algunos cafetales están quedando sin hojas. Un fenómeno que muchos productores observan desde septiembre y que creían era la roya, por lo que era tratada como tal; sin embargo hasta hace una semana empezaron a detectar focos que afectan desde el 30 hasta más del 50 por ciento de las fincas en el municipio de Dipilto.
En las ramas se observa cómo van desprendiéndose las hojas tiernas y aparentemente sanas, dejando al descubierto los granos de café, provocando a su vez una maduración prematura y una reducción de la calidad, reveló Salatiel Zavala, caficultor de Las Manos, en el municipio de Dipilto, quien a su vez consideró urgente que “todos miremos con seriedad el problema de las enfermedades del café”.
Reveló que los técnicos del Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria (IPSA) visitó las áreas afectadas por la defoliación (caída prematura de las hojas de los árboles y plantas) y conocieron la preocupación de los productores, pero aún no hay resultados de las muestras enviadas al laboratorio.
“Hasta el momento, la hipótesis sobre las causas de la defoliación de los cafetos se adjudica al clima, a la mala aplicación de fungicidas y no descartan la bacteriosis, pero por la experiencia me atrevo a asegurar que es una bacteriosis que hemos tratado como roya desde su aparición y que es mucho más peligrosa que la misma roya y la broca”, indicó.
En cuanto a las afectaciones en la calidad del grano, un productor explicó que al caer la hoja, la planta sufre biosíntesis de etileno, que es cuando la planta cree que va a morir e inmediatamente comienza a madurar el grano para mantener su supervivencia.
El grano al no completar su proceso de maduración (en 32 semanas desde la floración) pierde azúcares y carbohidratos, esenciales en la calidad.
Pocos la conocen
Para Luis Joaquín Lovo, caficultor de Dipilto y directivo de la Asociación de Cafetaleros de Nueva Segovia (Asocafens), la bacteria se descubrió hace dos años y ataca las partes más altas y más húmedas. “Definitivamente la mayoría de los productores no la conocen y por el buen invierno de este año el ataque ha venido creciendo, pero los productores que la han detectado ya la están tratando”, comentó. “No atacarla puede dejarnos sin cafetales, pero no podemos restarle importancia a la roya, que sigue siendo la enfermedad que ha diezmado a los cafetales y que llegó para quedarse, una no es menor que otra”, indicó.
30
por ciento de afectaciones se estima en fincas en Dipilto que son tratadas correctamente para combatir la roya y más del 50 por ciento en las fincas donde el tratamiento ha sido deficiente. En este último caso podrían sufrir pérdidas hasta del 20 por ciento de la cosecha estimada por maduración prematura, comentó el mediano caficultor Salatiel Zavala.
