Al presidente de la comunidad Indian River, en San Juan de Nicaragua, Norvin Salomon, le preocupa que con la excusa de sacar el bosque tumbado por el huracán Otto en la Reserva de Biosfera Indio Maíz, se aproveche para despalar áreas no afectadas, esto con fines comerciales.
“Hago un llamado al Marena (Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales) que tome acciones en un plan de manejo para que en un futuro no haya afectaciones por aprovechamiento de los recursos o más invasión de presencia humana. Las comunidades no quieren que pase esto”, sostuvo Salomon.
Para esto, puso el ejemplo del huracán Félix en la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte (RACCN) en 2007, que con el pretexto de aprovechar la madera tumbada se devoró parte de la zona boscosa que no había resultado afectada por el fenómeno.
Estas declaraciones de Salomon se vuelven más relevantes al conocerse el informe oficial presentado por las autoridades de gobierno, evento al que no fue invitada LA PRENSA.
Entre los efectos más visibles, según las autoridades del Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred), se encuentra la poda de las copas de los árboles y algunos de estos sucumbieron ante los vientos.
Ante esto, el viceministro del Marena, Roberto Araquistain, dijo que se necesita de la implementación de un plan para prevenir los incendios forestales que son característicos en la temporada seca, tomando en consideración la madera caída de los árboles.
Por su parte, el asesor presidencial para temas ambientales, Kamilo Lara, expresó que es necesario que el bosque se regenere, y esto podría tomar unos años.
Según Guillermo González, ministro director del Sinapred, los bosques y humedales impidieron que se produjeran tantas inundaciones, “eso nos demanda el cuido de la importancia de nuestra reserva”, manifestó.
Hay que evitar extracción
Evitar el saqueo de madera es una de las responsabilidades que tienen el Marena y el Ministerio Agropecuario (Mag), en relación con el control de todos los daños en la Reserva de Biosfera Indio Maíz, causados por Otto.
Al mismo tiempo deben de dar la autorización por extracción de madera dañada por este tipo de evento —huracán Otto— y en concordancia a un plan de emergencia, explicó Agustín Moreira, especialista en Gestión de Riesgo y Vulnerabilidad del Centro Humboldt.
Una de las sugerencias del experto es que se deje al bosque regenerar naturalmente y que no se permita la explotación de forma comercial. Para Moreira, al menos la explotación en el área sería muy complicada debido a la falta de acceso en algunas zonas, que fueron las más afectadas.
Sin embargo, aclaró que si no hay un control por parte del Marena, el Ejército de Nicaragua, el Mag y el Instituto Nacional Forestal (Inafor) sobre la explotación de la madera, sí va haber un contrabando, aunque como son reservas, el papel más grande es de los que están a cargo de protegerla.
Desde la sociedad civil, se puede advertir y sugerir la conformación de una comisión para revisar la zona y valorar el impacto ambiental del huracán.
Municipalidad ha recluido a las comunidades
Salomon denunció que las autoridades municipales de San Juan de Nicaragua no los han tomado en cuenta para decidir aspectos que involucran a todos.
“En la parte de coordinación desde el inicio del año nosotros como Indian River y Greytown hemos estado en comunicación con la municipalidad de San Juan de Nicaragua, para que escuchen nuestro plan pero ha sido negado el espacio en las sesiones donde la municipalidad toma acciones para el municipio”, reveló Salomon.
Según el último censo poblacional de San Juan de Nicaragua, realizado en este 2016 y facilitado por Salomon, en este municipio existen nueve barrios, en donde viven 319 familias; y cinco comunidades, que suman 232 familias.
Pero pese a ser una población representativa, añadió Salomon, no son tomados en cuenta en la toma de decisiones.
No hubo pérdidas humanas
El Caribe Sur, Río San Juan, Rivas y Zelaya Central son las zonas donde el huracán Otto dejó algunas de sus huellas. Sin embargo, no hubo pérdidas de vidas humanas debido a los planes de prevención orientados por el Estado nicaragüense.
En el informe final que brindó el Sinapred este martes, se indica que un total de 11,678 personas de 73 comunidades y barrios fueron puestas en resguardo en 152 refugios que se habilitaron.
Del número total de personas refugiadas, 248 personas se encuentran todavía en los albergues; 196 en Cárdenas, Rivas; 20 en San Juan de Nicaragua y 42 en la zona sur de San Carlos, también en Rivas. Algunas de las personas no han regresado a sus hogares debido a que recibieron el impacto indirecto de Otto, en especial por la saturación de los suelos y el aumento del nivel de los ríos, aunque estos están regresando a sus niveles habituales.
Respecto a las casas dañadas hubo un número considerable de afectaciones, refirió el ministro director del Sinapred, Guillermo González, en total 827 dañadas, y 120 fueron destruidas totalmente.